lunes, 29 de marzo de 2010

tip de los perfumes

Cómo hacer perfumes

31/07/2007 La fórmula secreta del perfume. El arte del perfumista. ¿Qué se esconde detrás de un frasco de perfume?..El arte del perfume es toda una ciencia que procede desde tiempos inmemoriales. Desde la recolección de la flor y se armonizan los aromas hasta que se envasa el perfume ocurre un azaroso proceso de elaboración que sólo los más sabios saben conjugar.

Conseguir el equilibrio de las esencias es todo un arte hasta alcanzar el perfume deseado. Conseguirlo no es tarea fácil y sólo los más avezados lo consiguen. Además, el perfume ya es todo un símbolo social que distingue a las clases sociales, muestran la personalidad individual de cada persona y además hacen aflorar los sentimientos de cada individuo y de las personas del entorno.

Actualmente, vuelven los aromas más clásicos y tradicionales, aderezados con sutiles toques orientales que resultan sugerentes y que hacen referencia a las emociones y al bienestar espiritual. Se trata de conseguir todo un corolario de aromas que atrapen al prójimo y que estimulen los sentidos y esto no es tarea fácil.

De hecho, la elaboración de una nueva fragancia puede costar años de trabajo y es un proceso muy laborioso, según los más prestigiosos perfumistas. De hecho, en la actualidad y a pesar del gran desarrollo de los aromas sintéticos, la calidad de un perfume se equipara a la riqueza de los componentes naturales que lo integran. Así, notas que proceden del mundo vegetal como bergamota, limón, mandarina, pomelo, naranja amarga, jazmín, nardo, rosa, ciclamen, violeta, verbena, manzanilla, clavo, pimienta, vainilla, canela, pino y palo de rosa, son todo un clásico en el perfume que se precie. El éxito radica en saber conjugar estos elementos que la naturaleza pone a nuestra disposición.

También se utilizan materias animales que suelen aportar sensualidad, como el ámbar gris, el almizcle–musk, civeta y otras secreciones que proceden de distintas especies del mundo animal. Los complejos procesos de laboratorio permiten conjugar todos los elementos creando auténticas fragancias que no desentonan y que permiten cientos de combinaciones. LAL/AGENCIAS
El uso de los perfumes ha trascendido más allá de su objetivo funcional, como es proporcionar un olor agradable a nuestro cuerpo, llegando a constituir todo un lenguaje corporal cuyo origen se encuentra en el proceso amoroso. Pero, ¿cómo se consiguen los perfumes?

El perfume constituye quizás el medio más sutil de alcanzar una belleza más allá de la apariencia física. El estímulo del olfato, tan presente en gran parte de nuestras reacciones, es algo tan sutil como determinante a la hora de provocar atracción o rechazo en otras personas. Además de parte importante de toda una ceremonia, el uso del perfume es un modo de conseguir afecto y aceptación socialmente hablando.

El hombre usa perfume desde mucho antes de lo que se piensa. Como ocurre en los animales y las plantas, nuestro olor corporal también tiene connotaciones sociales, aunque en nuestro caso, su efectividad haya sido minimizada por otros elementos de efectos mucho más directos. Quizás precisamente por nuestra merma en esa capacidad de atracción mediante la emisión de fragancias, el hombre buscó en la naturaleza aquellas que le ayudaran a potenciarla, encontrándolas en los aceites esenciales presentes en las plantas.

Básicamente, el perfume está formado por uno o varios de estos aceites esenciales, además de alcohol y fijador. Así como no hay dos plantas iguales, no hay dos aceites esenciales iguales ni, por supuesto, dos perfumes iguales. Esto nos lleva a una gran verdad: cada perfume es adecuado para un determinado tipo de personas, situaciones y objetivos.

Existen dos grandes familias de fragancias, según el Comité Francés del Perfume: las cítricas, en las que se usan aceites de limón, naranja, mandarina y otros cítricos y las florales, elaboradas con extractos de flores. De las primeras se sabe que aportan un tono fresco y extrovertido, por lo que son más recomendadas para la primavera y el verano. En cuanto a las segundas se puede decir que constituyen la base de más de la mitad de los perfumes comercializados hoy en día, y ofrecen tal variedad en intensidad, tono y duración, que hay prácticamente un perfume para cada tipo de personalidad, y para cada situación.
LAL/AGENCIAS
http://www.innatia.com/s/c-perfume-antiguo-egipto.html
http://www.innatia.com/s/c-perfumes-cristianismo.html

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