martes, 16 de febrero de 2010

Relatos de terror

No habras la puerta:

Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años. Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades (tanto en su trabajo como en su casa). Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto pocas manzanas cercanas del hogar de la familia. Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenia que dejar a su hijo solo en casa. Maria para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo: No habrás ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo. Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente. Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. POM...POM....el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: ¿Eres tú mamá? La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido. Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada. Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas........ Y si os preguntáis por que sé, es por que, simplemente, soy ese niño.


Moraleja: Ten cuidado con todas las puertas que te encuentras por el camino. Algún día te puede suceder lo de este relato. Muy curioso y escalofriante.







La niñera:

Cuenta la historia de una mujer que llegó sorpresivamente a la ciudad. Alta, pálida y sonriente. Buscaba trabajo para poder sobrevivir, estaba escapando de una gran hambruna y pobreza de su tierra natal. Llegó a la casa de los Wilson. Una familia muy adinerada que vio que la muchacha tenía pinta de ser de confianza. La contrataron y ella cuidaba de sus cuatro hijos. Todo fue bien durante exactamente 3 semanas. Hasta que algo ocurrió. Una noche tormentosa en la cual los Wilson habían salido y los niños dormían, la niñera comenzó a escuchar ruidos extraños, golpeteos de puertas y ventanas, llamadas extrañas donde nadie respondía y el viento que silbaba fuertemente y la hacía sentir con mucho frío. Salió al jardín a tomar un poco de aire. Lo unico que se pudo deducir después de esa noche, fue un misterio para los demás.

A la mañana siguiente los Wilson llegaron apresurados y encontraron a la niñera, con una parte de su cara en carne viva, ahorcada en uno de los árboles del jardín, con los ojos abiertos y amarillentos, mirando fijamente al tremendo vacío. De sus ojos se veían que habían marcas de lágrimas negras, ya secas y siniestras. Se llevaron el cadáver de la niñera ese mismo día y los Wilson abandonaron la casa, espantados por sentir la presencia de la muchacha en su hogar.

Después de unos años, nadie se había atrevido a comprar la casa de los Wilson. Hasta que una familia la compró por el bajo precio en que se encontraba. Han declarado que no pueden bajar al sótano porque empiezan a sentir mucho frío, a sentir que hay alguien que los sigue a todos lados y han terminado por prohibir la entrada a aquel sitio. En el jardín, a las 3 de la madrugada siempre escuchan la misma carcajada excéntrica y macabra, la risa de la niñera. Se burla de la nada, sale de una boca invisible. Su espectro da vueltas por la habitación de los niños, se lamenta en porqué nadie le dijo que esa noche un psicópata altamente peligroso estaba suelto. Llora en silencio y su risa sin motivo se transforma en un grito de rabia. Gira el cuello, y la cabeza se le desprende como si fuera una muñeca rota. Vuelve a reír y se va, se desvanece... los niños no saben quien es la que no los deja dormir. Pero que se puede hacer... la niñera siempre busca a quien observar, alguna persona a quien espantar. Ya no le queda nada en este mundo.






El campo de los juegos:


Emily era una hermosa niña de 14 años,ella estaba ansiosa por que le faltaban dos dias para su cumpleaños. Una noche caminaba por la calle fria y oscura, estaba sola y paso por un campo de juegos abandonados, se detuvo por que oyo los columpios rechinar, a ella le encantaban los columpios asi que se metio por unos arbustos de rosas que hicieron que se arañara y desangrara las piernas, para poder llegar a ellos, de todas maneras Emily siguio adelante y allí los vió, se subio a uno de ellos y empezo a columpiarse, llevaba una rosa colgando en las piernas pero volviéndose roja de la sangre que podía mezclarse con ella. Entonces la agarro y sintió enormemente pedir un deseo:

desearia ser inmortal...dijo.

En ese momento soplo un aire frio y de repente Emily vio fantasmas de niños en todo el campo de juegos, algo la golpeo por detras y le cortó la lengua del impacto con su boca, llena de sangre, como pudo trato de gritar pero no podia y en medio de risas y burlas de los fantasmas, la joven empezo a llorar sangre a los pocos segundo le dió un paro cardiaco, y murio.

Su fantasma se escucha en el columpio donde murió, se puede escuchar el oxidado sonido del columpio balanceando y cuando te sientes atraido por su hermoso y rechinante sonido, cuando haces lo mismo que hizo Emily...se reira de ti y pensaras que quieres ser inmortal....








No me dejes sola:

Eran aproximadamente las cinco de la mañana cuando escuche un leve toque en mi puerta, me levante de la cama y me dirigi a abrir, abri y nada, no habia nadie, al entrar en mi cuarto volvi a escuchar los golpes, molesta volvi a abrir la puerta y de nuevo no habia nadie, solo un frio viento que se colaba en mi casa. A la mañana siguiente fui a casa de mi mama y le conte lo ocurrido, me sorprendi cuando mi mama me habia dicho que a ella le habia pasado absolutamente igual, ese dia dormi en su casa puesto que tenia mucho miedo.
Al regresar a mi casa y entrar a mi cuarto encontre aterrada una nota que decia con sangre "Gracias por dejarme entrar a tu casa, ahora, por ese error tuyo, estoy dentro de ti...", de pronto escuche unos pasos inquietos subiendo a mi escalera, desesperada me encerre en el baño, de pronto sono el telefono, no sali a contestarlo, entonces los pasos cesaron y el telefono paro de sonar, al salir, él estaba ahí, ahora tiene mi alma, llevo mi cuerpo a el infierno y mi alma es suya, a los dos dias siguientes una amiga mia entro a mi cuarto, escucho el mensaje y decia lo siguiente: "Hija... soy tu mama (sollozando) no me dejes sola, el ahora viene por mi, no me dejes sola..."




Fuente: http://www.pasarmiedo.com/

4 puentes
Rebeca tenía dos abuelos a los que adoraba, pero ahora están muertos. Y sobre ellos es la historia que os voy a contar.
Un día el abuelo falleció y la abuela quedó como un alma en pena vagando por la casa que habían compartido tantos años en amor y armonía. Aún tenía familia por supuesto, pero no era lo mismo. La abuela tenía mucha confianza en Rebeca, tanta que terminó confesándole algo que le ocurría: soñaba con su marido muerto.
"Hay cuatro puentes, y al final de los puentes está él, alargando la mano para que vaya con él".
Pasaron los días y los meses, y una noche fue Rebeca la que tuvo un sueño extraño:
Era pequeña y entraba a un ascensor con su abuela. Iban cogidas de la mano y el elevador ascendía pisos y pisos. Una especie de viaje sin retorno puesto que el ascensor no era familiar para Rebeca. No sabía cuántos pisos habían ascendido cuando, de pronto, el ascensor se paró y se abrieron las puertas.
La abuela soltó la mano de Rebeca y salió. Ella trató de avanzar pero su abuela le dijo: "No, tú no vienes conmigo". La abuela le sonrió en su sueño y aquí terminó todo.
Cuando Rebeca se despertó por la mañana su abuela había fallecido la misma noche. En el sueño se había despedido de ella.
Y me preguntaréis, ¿qué tienen que ver los cuatro puentes en esta historia? Cada puente es un mes. La abuela falleció cuatro meses después que su marido, o sea, cuatro puentes después... y recordad que ya os lo decía ella en su sueño: al final de los cuatro puentes, su fallecido marido le tendía la mano.

Tengo que avisar que Rebeca tuvo después y durante años la desagradable experiencia de "ver" a su abuela mirándola desde coches de desconocidos, como si la estuviera observando, y siempre, siempre, echaba a correr llorando hasta llegar a casa.



Las luces

Esta historia me la contó una chica de unos 16 años, y no le sucedió a ella, sino a su madre, una española que emigró a Alemania para buscarse la vida, teniendo que alquilarse una casa con su joven esposo que apenas tenía comodidades.
Eso sí, tenía visitantes misteriosos.
Al principio sólo eran sonidos, rasguños en la almohada que mantenía abrazada mientras trataba de descansar después de tantas horas de trabajo. Le asustó, cierto, pero mantuvo la calma y pensó que era su propio agotamiento el que la hacía tener alucinaciones auditivas. Los rasguños en la cama no son tan inhabituales ¿no?. Muchos los hemos oído. Son visitantes que quieren comunicarnos que "están ahí también, que no estamos solos".
La joven vivió con esa extraña experiencia unos días y terminó por acostumbrarse, pero una noche ocurrió algo terrible. Estaba tumbada en la cama, descansando, su marido estaba afeitándose en el cuarto de baño, y de pronto unas lucecitas de un tamaño algo mayor que el de las canicas, blancas azuladas y brillantes, comenzaron a salir de debajo de la cama.
Subieron, ascendieron hasta ponerse encima de ella, y bailaron.
La chica las miró estupefacta, tragó saliva y respiró profundamente. ¿Qué era aquello? ¿De dónde salían? ¿Qué las producía?
Y entonces las luces comenzaron a bailar con movimientos más bruscos, y una poderosa fuerza salió de ellas. La chica notó esa fuerza en puñetazos y patadas invisibles que la golpeaban y estampaban contra las paredes... Gritó, y su marido se cortó con la gillette. Cuando él iba a salir la puerta del cuarto de baño se cerró de golpe.
La joven española emigrante sufrió una paliza que la dejó destrozada, y no pudo hacer una denuncia, porque en qué comisaría de policía iban a escuchar semejante historia sin echarse a reir.
No volvió a ocurrirle porque volvió a España entre lágrimas y terrores.
Durante años jamás contó la historia, y cuando lo hizo, fue para contárselo a su hija -mi confidente-, quien me confesó que su madre no podía hablar del tema sin echarse a llorar y a temblar.
No es para menos. Su hija también lloró al contármelo.


El coche

Erámos un grupo de siete chicas, nos reuníamos los fines de semana, algunas tardes entre semana y pasábamos los veranos juntas. Una de nosotras trabajaba en una cervecería por lo que era allí donde nos reuníamos. Esta chica tenía muchos problemas en casa, un padre alcóholico, una madre que no le hacía ni puñetero caso...... Salimos ella y yo de marcha solas un par de veces y una de esas veces cuando la dejaba a las siete de la mañana en la puerta de su casa, su padre entraba también con una tajada como un piano. Ella me dijo: Si yo faltará el se moriría............(Era ella la única de la familia que se preocupaba de recogerle de los bares cuando ya no podía más y se encontraba tirado). El caso es que no la ví en unos días..... una tarde de verano me preguntaron hacía cuanto que no la veía y me dijeron que había tenido un accidente. Yo -ingenua de mí- me fuí a su casa pensando en un piñe de moto y en ir a verla al hospital cuando me enteré de que había sufrido una bajada de tensión y se había ahogado en una piscina porque nadie se había dado cuenta a tiempo..... No sé que me pasó que mientras el resto de la gente se hundió a mi alrededor, yo saqué fuerzas no sé de donde, y primero reconocí el cadaver (que no me asustó ni impresionó lo más mínimo, cuando yo siempre había pensado que pasaría lo contrario si tuviese que verme en esas circunstancias) y además aún tuve fuerzas para arreglar todo el papeleo del entierro y organizar la parte "social" del macabro acto que es enterrar a la gente que quieres. Todo aquella marabunta pasó, el dolor se agudizó conforme se fue calmando el ambiente y pasarón los días y yo......... me sentí de pronto fatal (una reacción tardía pero no por eso menos traumática). Los meses siguientes me pasó que más de una vez yendo en mi coche sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo y notaba una presencia en el asiento trasero que me hacía mirar por el retrovisor para comprobar que ella no estaba allí... siempre coincidía aquella sensación de miedo y frío con una canción que nos gustaba mucho y que yo aún ponía con asiduidad. Una vez fue tanto el miedo y el feeling que aquella "presencia" que tuve que aparcar en la cuneta y mirar hacia atrás acojonada para convencerme de que no había nadie...... Al cabo de los meses tuve que vender el coche, porque me daba pánico tener un accidente al ir a buscarla en la parte trasera cuando notaba su presencia allí, (si no lo has sentido no lo entenderás y creerás que el subconsciente me traicionó) pero aquella sensación era tan fuerte y real que una y mil vidas que yo viva juraré que ella estába allí. Cambié de coche como digo y aquel miedo cesó de repente y los escalofríos también. Ah se me olvidaba! Justo un año después murió su padre.... como ella predijo. Recientemente viendo "El sexto sentido" he llorado, de rabia, de dolor, y de nuevo de miedo, porque he pensado que a lo peor mi amiga no sabía que estába muerta y seguía montándose en mi coche para que la llevase de marcha.......


El loco
Los padres de Lucia y Maria van a una cena de negocios y las dos tienen que quedarse solas en su casa. Estan aburridas, no hay nada en la tele y deciden poner la radio: Interrumpimos la emision para ofrecerles un boletin informativo de ultima hora: Un psicopata se ha escapado del manicomio. Es muy peligroso, asi que les recomendamos que tomen precauciones.'
Mari­a y Lucia, ya cansadas, se van a dormir, pero se olvidan de algo muy importante: cerrar muy bien las ventanas. Se van a la cama sin ninguna preocupacion, puesto que no le hicieron mucho caso a las noticias.
Por la noche las desperto un suave golpeo, pero no le dieron mucha importancia. Se pusieron a leer y el ruido se haci­a cada vez mas fuerte. De repente, Mari­a oyo un fuerte grito en la habitacion de Lucia y el ruido desaparecio a lo lejos. Maria se acerco a ver que pasaba y encontro a su hermana pequena degollada debajo de la cama con una nota que deci­a: 'Si se hubiese subido al armario no le habri­a pasado nada'.
Desde entonces se dice, o por lo menos eso he oido, que el loco sigue suelto buscando la siguiente victima.





La mecedora
Yo vivo en una residencia de estudiantes y las habitaciones no es que tengan muchos muebles: dos camas, dos armarios y una mesa con dos sillas. Como podreis comprobar no vivo solo; comparto mi habitacion con mi amigo Sergio. Pues debido a esa escasez de muebles y de la amplitud de la habitacion, un di­a que volvi­amos de la biblioteca, vimos en un contenedor una mecedora vieja que estaba chulisima y la pillamos. Estuvimos meciendonos en la calle y decidimos subirla a la habitacion. No fue nada facil hacerlo y sortear al bedel, que un tio tope brasas. Pero con mucho arte lo conseguimos y dejamos la mecedora en una esquina de la habitacion y fue acumulando ropa encima de ella.
Pero una semana despues, una noche que estaba estudiando, me parecio ver que la mecedora se movia, era imposible, al principio pense que seria una corriente de aire o algo, y me levante a cerrar las ventanas, pero las ventanas ya estaban cerradas. Pense: 'seran imaginaciones mias', y me volvi a sentar en la mesa, pero por el rabillo del ojo no podia dejar de mirar la mecedora. Cuando me olvide del incidente, oi­ un ruido y me gire. Las cazadoras que estaban en el respaldo de la mecedora habian caido al suelo. Me levante a recogerlas y vi, esta vez muy claramente, que la mecedora se movi­a, y no era por la inercia de haberse cai­do las chupas. Se movi­a muy despacio, como si alguien se estuviese meciendo. Baje corriendo a la sala de TV a avisar a Sergio. Subio conmigo mientras repeti­a que seri­an cosas mias, y cuando abrimos la puerta vimos la mecedora tirada en el suelo, de lado, y todas las ropas desperdigadas por la habitacion. Sergio dijo que vale, que muy buena la broma pero que no se creia nada. Levante la mecedora y volvio a poner la ropa encima. Y nos fuimos a la cama. Yo no podi­a quitar ojo a la mecedora pero finalmente me dormi­. De pronto me desperto un ruido, como un roce de algo con algo, y encendi­ la luz, Sergio se desperto. 'Ti­o apaga la luz', dijo.'¿No oyes un ruido?', le dije nervioso. 'No, solo te oigo a ti dando la brasa', grito. Finalmente escucho el ruido. Era como un roce. Buscamos de donde venia y vimos el llavero metalico que colgaba de la llave de la cerradura balanceandose y pegando con la puerta de madera. Estabamos cagados de miedo mirandolo y de pronto empezo a dar vueltas como loco, en ci­rculo, como cuando das vueltas a una cadena alrededor de un dedo, pero lo haci­a solo y alrededor de la llave que estaba encajada en la cerradura. Sergio se cabreo. Que ya valia, que muy buena la bromita; y yo: 'tio, que no soy yo'. Y de repente empezo a cerrarse con dos vueltas la cerradura. Clack, clack. Clack, clack... Sergio dijo 'Vale, ya se, estan cerrando con otra llave por fuera', y se giro como diciendo 'aqui­ ya esta todo arreglado', pero me empujo para que me girase. La mecedora estaba moviendose suavemente.
Estabamos que se nos sali­a el corazon por la boca. El ruido de la llave paro y el llavero se dejo de mover, pero la mecedora se empezo a agitar de forma violenta..., mas y mas, mas y mas..., hasta que se volco. Sergio abrio la puerta y salimos al pasillo. Decidimos no contarlo. Despues de un rato deambulando por ahi volvimos a la habitacion, cogimos la mecedora y la bajamos al patio.
Al dia siguiente el bedel pregunto en el comedor que quien habi­a metido una mecedora en el patio, que ya estaba harto de chorradas y que el proximo que armase alguna se la iba a ganar. Cuando despues de desayunar nos ibamos para clase vimos al dire de la resi ojeando la mecedora. No se si la habra cogido.




El hombre de negro
Y como siempre, alli­ estabamos los de siempre, haciendo lo de siempre. Sentados en la oscuridad, alejados de todo aquel que solo queria imponernos algo. Todos hablabamos, rei­amos, bebiamos y todas esas cosas que haces con los amigos. Cuando mejor lo pasabamos, Carol, mi mejor amiga empezo a llorar mientras gritaba que en el fondo en la oscuridad habaia alguien que vestia de negro y estaba tan palido (o al menos eso vio) que parecia un muerto. Todos comenzamos a reirnos y le dijimos que dejara de beber. Ella insistio. Dos de los chicos que estaban con nosotras se ofrecieron a acompanarla hasta el sitio para que se convenciera de que alli no habi­a nada ni nadie. Al final fuimos todos. Llegamos, miramos por todas partes y, como habi­amos pensado, no habia nada; mejor dicho, nadie. A Carolina se le paso el susto, volvimos a crear el ambiente que teniamos cuando vi algo: era ese hombre, el de negro. Me entro tal miedo que comence a gritar. Los chicos pusieron cara de mosqueo y nos empezaron a decir que la broma habi­a estado muy bien pero que pararamos, que se estaba haciendo pesada. Nosotras no dejabamos de decir que aquello no era una broma, que habiamos visto a aquel hombre o lo que fuese. Despues de un rato decidimos quedarnos alli­ un poco mas, pero esta vez cambiamos los sitios. Cuando mas a gusto estabamos, uno de los chicos, Juan, le dijo a otro que mirase al fondo. Este se levanto y dijo gritando ¡¡¡¡CORRED!!!! No tuve tiempo a girarme y mirar, pero se lo que vieron. ¡¡¡SI!!! Se que habiamos bebido, y tambien se que cuando se bebe se puede llegar a ver cosas que en realidad no estan pasando pero en este caso lo vimos cuatro personas. No volvimos a aquel sitio nunca mas.




Nueve veces Veronica
Esto es justo lo que nunca debes hacer: ponerte frente al espejo y repetir nueve veces seguidas el nombre de Veronica.
No serias el primero que se rÃie al conocer esta historia, que lleva circulando por el mundo desde hace varias decadas. Muchos antes que tu han pensado que se trataba de un cuento chino y se han burlado, pero otras personas aseguran que quienes no han hecho caso de la advertencia y han aceptado el desafi­o, han cargado con una maldicion terrible.
¿Quien es Veronica? O mejor dicho: ¿quien era? Se trataba de una chica de 14 tacos que, estando en el pueblo con sus amigos, hizo espiritismo en una casa abandonada. Todo el mundo sabe que es algo tremendamente peligroso y que jamas debe tomarse como un juego. Ella no siguio las reglas de los fanatasmas, se burlo durante toda la invocacion y una silla que habia en la habitacion cobro vida y la golpeo mortalmente en la cabeza.
Sin embargo, Veronica aun no descansa en paz. Su espi­ritu esta condenado y vaga buscando venganza entre aquellos que no saben respetar el Mas Alla¡, como le sucedia a ella en la vida real.
Ana era una chica de la edad de Veronica que conocio la leyenda del tarot y brujas en su instituto. Sus amigos la picaron, diciedole que no se atrevi a decir 'Veronica' nueve veces ante el espejo. A ella le daba miedo, pero venciosu terror porque le avergonzaba quedar mal ante todo el mundo. Una companera fue a los servicios de esa planta del instituto para comprobar, entre risas, si cumplia la prueba.
Lo hizo, no paso nada y el grupo lo olvido enseguida. Menos Ana. Para ella la autentica pesadilla comenzo esa misma noche. Estaba en la cama, cuando un sonido la desperto. No se trataba de un estrepito, sino de una especie de susurro indescifrable que oia cerca de la nuca, mientras sentia como si alguien respirara en su cuello. Aterrada, se levanto y encendio la luz. Alli­ solo estaba ella. A pesar de eso, no pudo dormir en toda la noche. Al di­a siguiente, no se atrevio a contarselo a nadie. Estaba muerta de miedo, y en medio de la clase tuvo que salir al servicio para mojarse la cara y despejarse. Pero cuando entro al bano, haci­a mucho fri­o (como estaban en invierno no le dio importancia) y una capa de vaho cubrÃia el espejo. Ana lo limpio con la mano para comprobar horrorizada que tras ella habi­a una chica que no habia visto jamas, con una expresion de espanto y sangre en la cabeza. Fue solo un instante. Cuando se volvio a mirar, ya no habi­a nadie. Ana rio nerviosamente, pensando que todo era fruto de su imaginacion, los nervios y el cansancio. Sin embargo, cuando se volvio hacia el espejo vio algo que la dejo helada. Al borrarse el vaho una frase habi­a permanecido escrita: 'Soy Veronica. No debiste invitarme a volver'.
Ana no pudo soportarlo. Hoy pasa sus dias encerrada en un manicomio, y solo habla para jurar y perjurar que el fantasma de Veronica la sigue atormentando.




El cementerio
Nunca habi­a creido en los espiritus hasta que, hace un par de meses, fui por la noche con mis amigos al cementerio. Al llegar, nos pusimos a jugar al escondite y me toco pagarla a mi. Cuando acabe de contar escuche un ruido en la zona de los nichos mas viejos y fui hacia alli­ esperando pillar a alguien. Pero no fue asi. Al principio no veia nada, aunque poco a poco me fui acostumbrando a la oscuridad, y entonces le vi. Era un crio pequeno que parecia estar muy triste. Yo me quede muy sorprendido. ¿Que haci­a ese crio alli? Antes de que pudiera decir algo, el crio se desvanecio en el aire. No me habia asustado mas en toda mi vida. Casi nadie me creyo, pero yo estoy convencido de que aquello fue real. Lo peor fue, que pocos dias despues, buscando informacion, lei que veinticinco anos antes, y esa misma noche, un nino habia muerto en el cementerio en extranas circunstancias. 

El crecepelos



Mario, estaba obsesionado por su calvicie. Cada mañana se miraba en el espejo y recibía un dardo en el corazón por cada pelo que veía muerto en el lavabo o atrapado sin remisión en el peine de púas especiales para no dañar su escasa cabellera.

Aquella tarde, había comprado a una vieja un remedio garantizado al cien por cien. Mario, no solía confiar en estos productos. Había probado tantos. , pero este, le daba una corazonada.

Así, cumpliendo paso por paso el recetario de la anciana, Mario se desnudó, salió al balcón y recibió el frío húmedo de la noche invernal. Allí esperó a estar completamente bañado por la luz de la luna llena, se pintó unos círculos rojos en el pecho y se roció el cráneo con el milagroso crecepelos.
Aquella noche durmió intranquilo, a la espera del resultado, con las primeras luces del amanecer, Mario se lanzó hacia el cuarto de baño, allí se agarró con avidez al espejo y observó su rala cabellera… un asomo de decepción y humillación le abatió su corazón, se daba por vencido, un último vistazo a su bola de billar y… pero ¿que es eso oscuro que asoma por toda mi cabeza?…una pelusilla empezaba a brotar cual espuma en el baño. Con una asombrosa rapidez, la pelusilla se convirtió en pelo. Mario no cabía en sí de gozo, el pelo comenzó a crecer descontroladamente, un pelo fuerte, negro y rizado que como una planta se deslizaba cabeza abajo. Lo terrible fue cuando el pelo empezó a introducirse en los oídos, al principio le hacía cosquillas y gracias, luego al intentar quitarse esos molestos pelos, sus dedos quedaron atrapados en ellos, la presión que ejercía sobre su cráneo hizo que los ojos saltaron de sus órbitas y en ellas se alojaron matas de pelos, gritó, pero sus gritos pronto quedaron ahogados por una pelambrera que le asfixió

El espejo


Adela era una muchacha poco agraciada. Desde la infancia había soportado las burlas de sus compañeros y ya en la adolescencia, se sentía sola por su fealdad.

Jamás había conocido el amor, ni supo de amistades. Jamás salió de su boca un lamento por tener un rostro más hermoso, pero nunca entendió el porqué del rechazo que soportaba a diario.

Cuando se emancipó, alquiló una pequeña casa en el campo para no tener que soportar las miradas de sus vecinos. La casa tenía un hermoso y antiguo espejo ovalado en la habitación, que evitaba mirar para no ver su rostro reflejado en él.

Cierta noche mientras dormía, escuchó unos susurros provenientes del espejo.

-¿Quién anda ahí?-preguntó angustiada.

Ni una sola respuesta, sólo un halo dorado que emergía del espejo. Se plantó frente a él y observó a una hermosa mujer, vestida con su mismo atuendo.

¿Quién eres?-dijo.

-Soy el reflejo de tu alma pura. Si quieres ser como la imagen que ves reflejada en mí, sólo tendrás que atravesarme.

Durante unos instantes dudó, pero pudo más la curiosidad y atravesó el umbral.

Una vez estuvo al otro lado, llegó a una oscura habitación llena de cristales rotos y decenas de personas con los rostros desgarrados y ensangrentados.

Ahogó un gemido y golpeó el cristal con todas sus fuerzas.

Una grave voz resonó en la estancia.

-Necia ¿Acaso creíste lo que dije? Por tu absurda decisión estarás confinada en este lugar por siempre, hasta que pierdas el juicio como ellos. Me alimento de almas puras -contestó con ironía sin dejar de reír grotescamente.

Adela recorrió la habitación y observó con horror como decenas de ojos enloquecidos y ensangrentados, se clavaban en su rostro y gritando con toda su furia, tomó entre sus manos un afiladísimo cristal para rasgarse la cara de lado a lado, mientras a sus pies crecía un cálido charco de sangre.

En general, los escenarios naturales de la mayoría de las historias de terror son viejas mansiones embrujadas o castillos medievales. Pareciera ser que por regla general, los fantasmas tienden a aparecerce en la seguridad de la tierra firme. Sin embargo, muchas son las historias que giran en torno a espectros que aparecen en embarcaciones a cientos de millas de un asentamiento costero. Su base se encuentra la mayor parte de las veces en la vieja creencia de que los marinos muertos a bordo de su barco pueden regresar a él desde el otro mundo.

No hace falta remitirse a los tiempos míticos del Holandes Errante para encontrar historias de esta naturaleza. Basta con leer algunas de las que trascendieron a principios del XX:
El fantasma cortéz

Cuentan que corría el año 1914, cuando uno de los suboficiales de la corbeta estadounidense Monongahela, un dicharachero irlandés pelirrojo y tuerto a quien sus compañeros conocían como “el viejo Pay”, reunió a sus amigos y les dijo:

Me temo, muchachos, que se acerca mi hora. Pero no os sintáis tristes ni me echéis de menos cuando haya partido, pues tan bien se me ha tratado en este barco que creo que volveré a él al menos una vez. Oh, sí. Buscadme entonces en mi viejo camarote, el número dos.

Como el viejo Pay siempre había sido muy aficionado a narrar historias truculentas de naufragios, aparecidos y monstruos marinos, sus compañeros no se tomaron demasiado en serio sus palabras. Además, aunque era ya mayor, parecía estar todavía en buena forma. Por eso sobrecogió a todos sobremanera encontrarlo a la mañana siguiente inerte y pálido sobre su camastro.

Durante los siguientes viajes, el camarote del viejo Pay permaneció vacío, hasta que al fin fue ocupado por un nuevo suboficial. Una noche sus gritos alarmaron al resto de la tripulación, que al acudir a ver qué ocurría se lo encontraron sentado en el pasillo que conducía a su cuarto, balbuceando algo acerca de un cadáver tuerto y pelirrojo que yacía encima de su cama.

Al entrar en el camarote, los marineros no vieron a nadie sobre el camastro, pero pudieron comprobar que este se encontraba empapado y lleno de algas. Nadie dudo de que el viejo Pay acababa de cumplir su promesa.
Un Accidente fatal

Si, según se dice a veces, el espíritu de quien fallece de forma violenta queda ligado al lugar de su muerte, atrapado en una eterna repetición del momento fatal, en el mar no podía suceder menos.

Eso dicen que sucedió, por ejemplo, a los tripulantes del Mohawk, velero que se hundió en State Island por un lamentable error humano: tras fondear, nadie se acordó de dar la orden de arriar el foque ni el palo mayor. El mar estaba en calma, pero, al poco de bajar los marinos a descansar, se originó un fuerte vendaval que escoró el barco hasta mandarlo a pique, ahogándose toda la tripulación.

El navío fue reflotado por una empresa y vendido al gobierno. Sus nuevos tripulantes aseguraron que todas las tardes veían aparecer un marinero fantasmal que corría hacia el foque con la desesperación marcada en rostro.

Fuente : Historias de Fantasmas en Alta Mar 

ALGUIEN OBSERVANDO



A la chica protagonista de esta historia ya la conocéis, es aquella a la que hemos llamado Lorena.
Lorena solía pasar muchas horas sentadas frente a un libro o una máquina de escribir o unos folios porque le gustaba leer y escribir. Se metía en su habitación y pasaba allí el tiempo tratando de hacer algo productivo por simple placer.

En ocasiones notaba como si alguien le observase desde atrás. La sensación era tan fuerte que no podía evitar volverse, y allí solía estar su padre, en el umbral de la puerta, observándola en silencio con una sonrisa en el rostro, posiblemente orgulloso de ver a su hija tan entregada a algo.
- ¿Cuánto hace que estás ahí? -Le preguntaba.
- Un ratito. -Contestaba él.
Y así sucedió en muchas ocasiones. Lorena se acostumbró a saber que cuando notaba esa mirada en la nuca, insistente, invisible, detrás estaría su padre mirándola con cariño. Era bonito vivir una sensación así.

Un día escuchó su nombre.
- ¿Qué? -preguntó al tiempo que giraba el rostro.
Se asombró de ver que no había nadie, y entonces se preguntó si había escuchado una voz de hombre o de mujer y no supo contestarse. No le dio más importancia y siguió con sus quehaceres.

Volvió a ocurrirle, y esta vez notó que la voz estaba "pegada" a su oído. Quien hubiera dicho "Lorena" lo tenía que haber dicho en un susurro firme justo en su oreja. Pero no había nadie, estaba completamente sola en la habitación. Tampoco esta vez hubiera sabido concretar si se trataba de una voz femenina o masculina pero lo que sí tenía claro era que lo había oído lo suficientemente fuerte como para arrancarla de sus pensamientos.

Su padre murió. Alguien le dijo que aquella casa estaba llena de espíritus que desde hacía mucho tiempo esperaban la llegada de su padre, y más tarde tendría oportunidad para comprobar si aquello era cierto o no... pero esta es otra historia, no quiero desviarme.

Lorena estaba una tarde en su habitación cuando notó a su padre en el umbral de la puerta. Se giró porque sabía que estaba ahí, como siempre, y la sonrisa desapareció de su rostro cuando recordó que su padre ya no estaba porque había muerto. Sintió un escalofrío porque sabía que aquella sensación había sido tan vívida y tan fuerte como cuando el hombre estaba vivo, y no supo qué pensar.

De nuevo y durante un tiempo, siguió escuchando a alguien llamarle al oído y también la mirada clavada en la nuca, pero de nuevo y durante todo ese tiempo que duró, allí ya no había nadie.



LOS PASOS



En un complejo de apartamentos de El Saler, en las playas de la costa Valenciana, veraneaba una familia cuyos padres no pasaban casi parte del verano allí porque tenían trabajo en la ciudad. Generalmente la casa estaba a cargo de la hermana más mayor pero en aquella ocasión la madre SI estaba. Pero cansada, tanto que se marchó a dormir y lo hizo en el salón de la casa.
Mientras tanto, dos de las hijas (hermanas de nuestra querida Lorena), concretamente la mayor y la menor, estaban pasando un rato divertido abajo junto a dos invitados de la casa, un amigo de la familia de su edad, y una prima a la que llamaremos Merche (y que seguramente seguirá apareciendo por estos lares).
Se divirtieron haciendo experimentos de levitación que no resultaron y viajes astrales que sí que dieron algún que otro fruto. Ya entrada la noche la hermana pequeña se marchaba hacia casa mientras el resto quedaba abajo, ya más tranquilos, mirando las estrellas.
Entonces pasó algo: escucharon el susurro de unas pisadas, y muchos ojos atónitos descubrieron que las pisadas eran reales pero invisibles... estaban pisando el césped y se mostraban las huellas. Chillaron y corrieron hacia la entrada del edificio y entonces pasó algo más: las luces del edificio entero se apagaron y sobre él aparecieron otras luces, enormes, naranjas, casi fosforescentes, que venían en dirección al complejo desde la playa.
No soportaron el miedo y corrieron escaleras arriba hacia el hogar, donde justamente la hermana pequeña acababa de entrar. Se escondieron en la habitación agitados tratando de no despertar a la madre y hablaron de lo que habían visto.
Al día siguiente la madre les preguntó qué había pasado. Ella había presenciado algo pero no quería contarlo, antes quería escuchar las versiones de los hijos y amigos. Cuando terminaron de contar su experiencia, la madre les confesó que aquella noche entreabrió los ojos y vio, a través de la persiana no del todo cerrada y de sus agujeritos, unas enormes luces que se movían con mucha agilidad.
Este sería uno de tantos sucesos extraños que presenciarían los componentes de esa familia. En esta ocasión, Lorena tan sólo recuerda algún que otro grito. Su ventana estaba totalmente cerrada y ella no había visto nada.


LOS CUATRO PUENTES
Rebeca tenía dos abuelos a los que adoraba, pero ahora están muertos. Y sobre ellos es la historia que os voy a contar.
Un día el abuelo falleció y la abuela quedó como un alma en pena vagando por la casa que habían compartido tantos años en amor y armonía. Aún tenía familia por supuesto, pero no era lo mismo. La abuela tenía mucha confianza en Rebeca, tanta que terminó confesándole algo que le ocurría: soñaba con su marido muerto.
"Hay cuatro puentes, y al final de los puentes está él, alargando la mano para que vaya con él".
Pasaron los días y los meses, y una noche fue Rebeca la que tuvo un sueño extraño:
Era pequeña y entraba a un ascensor con su abuela. Iban cogidas de la mano y el elevador ascendía pisos y pisos. Una especie de viaje sin retorno puesto que el ascensor no era familiar para Rebeca. No sabía cuántos pisos habían ascendido cuando, de pronto, el ascensor se paró y se abrieron las puertas.
La abuela soltó la mano de Rebeca y salió. Ella trató de avanzar pero su abuela le dijo: "No, tú no vienes conmigo". La abuela le sonrió en su sueño y aquí terminó todo.
Cuando Rebeca se despertó por la mañana su abuela había fallecido la misma noche. En el sueño se había despedido de ella.
Y me preguntaréis, ¿qué tienen que ver los cuatro puentes en esta historia? Cada puente es un mes. La abuela falleció cuatro meses después que su marido, o sea, cuatro puentes después... y recordad que ya os lo decía ella en su sueño: al final de los cuatro puentes, su fallecido marido le tendía la mano.



EL PRESENTIMIENTO
Era de noche y María aún no había tenido a su hijo (de ella os he contado la historia de "La noche de San Juan". Embarazada como estaba y sensible por duplicado, María trataba de dormir y se daba cuenta de que NO podía. Su marido dormía tranquilo a su lado, ambos estaban de espaldas, una contra otra, y de ese modo él no se percató cuando María comenzó a llorar y a llorar...
La imagen de su padre fallecido le vino a la mente, y lloró en silencio por él, porque le echaba de menos, porque le estaba recordando y hubiera deseado que conociera al hijo que iba a tener.
La cuestión es que lloró tan en silencio como pudo pero notó que el hecho de que la imagen de su padre le hubiera llegado tan de pronto era algo más que extraño.
Un par de días después estaba en una tortillería tomando un aperitivo con su marido, su hermana y su cuñado. Allí hablaron de un par de cosas y de pronto el cuñado la miró y le dijo: "¿A que no te has acordado del aniversario de la muerte de tu padre?".
Tan perdida en el tiempo como estaba María preguntó:
- ¿Cuándo fue?.
La respuesta le dejó helada:
- Anteayer.
Tragó saliva y abrió los ojos como platos: "Anteanoche estuve llorando y recordando a papá", dijo ella emocionada, y no sabía qué fecha era ni por qué me había llegado ese recuerdo tan fuerte de él."
Cuando ya tuvo a su hijo, estaba una noche dándole un biberón tardío en la casa silenciosa. Estaba sentada en un sillón y tenía a su bebé medio dormido, que chupaba de la tetina sin abrir los ojos.
Estaba muy cansada, muy muy cansada, y creía que se iba a quedar dormida, pero los dolores del reciente parto y la flojedad le hacían llorar constantemente porque María soportaba muy mal el dolor.
Entonces una paz interior llegó hasta ella inundándola, el dolor desapareció por unos instantes, y una alegría injustificada la sucumbió de golpe... frente a ella, lo sabía, estaba su padre. No era visible, pero podía sentirle, y además de eso, podía notar su amor.


SALVAJE ASESINATO
Hace unos años en el pueblo de La Eliana, Valencia, una mujer pasaba unas horas en casa de unos amigos a los que tenía especial cariño por lo amables y atentos que eran. Los conocía desde no hacía mucho tiempo y estaba en esa fase en la que quieres pasar mucho tiempo con las nuevas amistades. Generalmente las horas se pasaban tan rápido que la mujer a veces se quedaba a cenar con ellos, previa llamada telefónica a su casa para avisar que le habían invitado y que la esperaran un rato más tarde. Aquellos días eran de auténtico relax, disfrute y mucha amistad.
Un día entre semana, en compañía de aquellos amigos, miró el reloj y dijo que se iba a marchar un momento a recoger a su hija al tren pero que luego volvería para pasar un rato más con ellos. Cogió su coche y se marchó a la estación del tren.
Su hija, llamémosle A., había llegado apenas tres minutos antes y al ver que no había nadie para recogerla se le ocurrió pedirle a un amigo que vio en la estación que la acercara a casa. Los coches debieron cruzarse y la madre llegó a la estación. ¿Por qué se quedó esperando al próximo tren? no lo sabe ni la propia madre. Podía perfectamente haber regresado a casa de sus amigos o a su propia casa para verificar que su hija había perdido el tren, pero en vez de esto se quedó en la estación, dentro de su propio coche... esperando.
Y esperó tanto que cuando llegó el siguiente tren y vio que la hija no bajaba de éste, arrancó el coche y se marchó, pero MIRÓ EL RELOJ y decidió que por esta noche se iría directamente a casa. Mañana ya volvería a disfrutar de sus amigos.
En casa se encontraron madre e hija. La madre le confesó a su hija que de no haber quedado con ella en el tren o, más aún, de no haber esperado al siguiente tren, seguramente aquella noche la pasaría cenando en casa de tan interesante matrimonio. No lo dijo enfadada, mañana podría verlos otra vez.
Al día siguiente la hija, su hermana y el padre de ambas cogieron el coche para marcharse a la capital a trabajar. Justo cuando salían sonó el teléfono que cogió la madre y no les dejó marcharse. "Era la hermana de xxxx (su amiga, la señora del matrimonio), dice que está preocupada porque no cogen el teléfono. Pasad por allí a ver si ha pasado algo y luego me llamáis para que le diga qué pasa".
Así, salieron de su casa y se dirigieron hacia la casa del matrimonio. El padre aparcó el coche, la hija A. bajó de este y vio la verja ENTREABIERTA. Dentro estaban los coches y parecía que todo iba bien. Al llegar a Valencia llamaron a la madre para decirle que daba la impresión de que estaban a punto de salir dado que la puerta ya estaba abierta, pero que no habían llamado.
Poco más tarde la mujer recibió de nuevo una nerviosa llamada telefónica de la hermana que no sabía nada. Por favor -le pidió- ve a ver qué pasa. Este matrimonio tenía que haber ido a recoger a la señora del teléfono al hospital, donde estaba ingresada desde hacía unos días, aquella misma mañana y no daba señales de vida.
La mujer, (madre de A) cogió su propio coche y se dirigió a la casa de sus amigos. Al llegar vio también la verja entreabierta y los coches dentro de la parcela particular. Entró llamándoles por su nombre de pila (que obviaré aquí por respeto) y llegó hasta la puerta de la casa. Aquella puerta también estaba abierta y mientras les llamaba en voz alta siguió entrando... hasta la cocina. No había nadie. Entonces giró la cabeza y sus ojos vieron algo que casi se negaron a creer. Al otro lado, en la habitación matrimonial, dos cuerpos yacían asesinados. Él, atado con cuerdas y la cabeza cortada al parecer con un hacha; ella, atada y con un pañuelo en la boca, parecía que se hubiesen ensañado con la mujer especialmente.
La mujer gritó hasta quedarse afónica "llamen a la policía" y así salió de la casa llorando y pidiendo ayuda. Cuando llegó la policía, uno de los oficiales que entró tuvo que salir a vomitar. Tras la investigación se le dijo una cosa muy importante a la madre de A. "quienes asesinaron a la pareja no querían testigos, de haber pasado aquella noche cenando con ellos hoy no estaría con vida".

Reflexionemos:
- Si A. hubiera esperado a su madre en la estación, ésta, tras dejar a su hija en su hogar hubiese vuelto a casa de sus amigos porque le sobraba tiempo.
- Si la madre hubiese ido a casa a comprobar si su hija estaba en casa, al estar ésta tan cerca de la de sus amigos, habría ido a cenar con ellos.
- Si la madre no se hubiese quedado a esperar al próximo tren -de modo que se le hiciera tarde-, se hubiera ido de nuevo a ver a sus amigos.

Según la investigación policial aquello pasó en la misma noche, no se forzaron las cerraduras, quienes entraron conocían a la pareja, y la madre de A. estaría muerta.


La Casa de Amityville




La casa de Amityville puede denominarse mansión por lo grande que es. Además abarca bastantes hectáreas y un embarcadero. Está en una buena zona dentro del estado de Nueva York, y su precio no sería asequible de no haber ocurrido allí algo muy macabro: un asesinato múltiple.

Su aspecto ha sido fotografiado de varias maneras, y siempre da cierta impresión ver la casa si no se te va de la cabeza lo que ocurrió allí.
Su origen comenzó con el sótano, y más tarde se construyó el resto de la casa, siendo ésta de origen colonial alemán.

El terreno fue anteriormente un sanatorio para enfermos mentales de los indios nativos donde, lejos de curarlos, se dejaban allí simplemente para que no estuvieran sueltos. Más tarde se hizo con el terreno un exiliado de Salem que practicaba la brujería.
La casa de los DeFeo y más tarde de los Lutz, está situada en el pueblo de Amityville, en el sur de Long Island, a veinte millas de la ciudad de New York.
En la casa se descubrió una habitación pequeña en el sótano que contenía un pozo y que no estaba ilustrada en los archivos. Esta habitación tenía las paredes pintadas de rojo y se convirtió en uno de los misterios de Amityville.

El Asesinato Multiple

Ronald DeFeo, más conocido como Butch, tenía un expediente policial por un problema de drogas y las relaciones con su padre últimamente no eran buenas. Trabajaban juntos en un concesionario familiar y a veces iban juntos al trabajo.

El 13 de noviembre del 1974 Ronald/Butch llevó a cabo lo que llevaba tiempo planeando, aunque luego diría que aquello fue una “orden” porque escuchaba una voz que le decía que tenía que hacerlo. Drogó a su familia para que no se despertaran mientras cometía los asesinatos y esperó a las 3.15 h. de la madrugada. Ni siquiera llegó a meterse en la cama, sólo se tumbó. Llegada la hora se levantó y cogió un rifle de caza de los muchos que tenía en su habitación pues era aficionado a este “deporte”. Entró primero a la habitación de sus padres y les disparó. Tenía cuatro hermanos, dos chicas y dos chicos. Los chicos dormían en la misma habitación, la niña de 12 años vivía en la misma planta que sus padres, pero la dejó para más adelante. Precisamente esta fue la única persona que se despertó cuando escuchó los tiros. Butch descubriría más adelante que fue la única que se dejó el primer plato, donde metió la droga y que no se enteraran de nada. La mató igualmente, pero antes la llevó hasta su cama. Se cargó a todos los hermanos, a algunos los tapó con una manta, los puso como si estuvieran durmiendo, boca abajo y con los brazos bajo la cabeza, cruzados, limpió parte de la sangre de las paredes, y cuando terminó se marchó a trabajar. Lo hizo más temprano de lo habitual pero se buscó una excusa: no podía dormir y así adelantaba en el trabajo. Como su padre tenía que hacer una venta aquella mañana le vino bien que no apareciera y así tener más tiempo para buscarse una coartada. Durante la mañana hizo algunas llamadas a casa sabiendo que nadie respondería, y cuando habló con su novia decidieron comer juntos. De ese modo el tiempo se alargaba y su coartada, al menos eso creía él, se hacía más consistente.

En ese tiempo ve a su amigo Bobby y éste le comenta que ha pasado por su casa y allí estaban los coches aunque nadie le abre la puerta para recoger el periódico que les llevaba como cada día. Esto le viene muy bien a Butch, de modo que tras la cita con su novia, va al bar donde ha quedado con Bobby y le pide ayuda .

Se muestra aparentemente preocupado por su familia porque también él ha estado en la casa pero sin poder entrar por falta de llaves e igualmente se ha extrañado de que nadie abriera la puerta.

En la entrada de la casa se encuentran con otro amigo, Joe Yeswit, que es quien avisa a la policía cuando Butch verifica que su familia ha sido asesinada.
Aquí empieza la segunda parte del horror, cuando la policía de Amityville descubre los cadáveres de Ron, Louise, Dawn, Allison, Mark y John .

Las Victimas

La familia DeFeo fue asesinada el 13 de noviembre de 1974, y está enterrada en el Cementerio Saint Charles en el condado de Suffolk, New York.

Ronald DeFeo, el padre, tenía 44 años.
Louise DeFeo, la madre, tenía 43 años.
Dawn DeFeo, la hija mayor, tenía 18 años.
Allison DeFeo tenía 13 años.
Mark DeFeo tenía 12 años
John DeFeo tenía 9 años.



Fotogrfia del cementerio donde estan los cuerpos de las victimas


El Juicio



La policía pronto descubre lagunas en la coartada de Butch y éste, tras intentar echarle las culpas a otro, acaba confesando que él mismo fue quien mató a su familia, pero –al menos para los escépticos en temas paranormales- para escudarse en su inocencia, dice que fue una “voz” quien le ordenó hacerlo. A partir de este momento su abogado defensor trata de hacerlo pasar por un demente y así conseguir una condena más pequeña, pero Butch no se libraría de los 25 años de cárcel por cada asesinato cometido.

El Pasado De Los Defeo



Durante las pesquisas se descubre que Ronald DeFeo, el padre, tenía grandes cambios de humor sin motivo aparente, convirtiéndose en una especie de tirano ante sus hijos, mientras que para las amistades era una persona amable y afable.

También sale a la luz el expediente policial de Ronald/Butch así como su mala relación con el padre debido a la carga que mantuvo por los enfrentamientos con éste. Ambos se parecían en carácter, pero uno era el padre y el otro, el hijo. Tiene que soportar la tiranía del padre y tragarse las fuertes discusiones con la madre. Se convierte en un niño solitario que años más tarde explotaría. En cambio nada de esto le sirve en el juicio para salvarse de la condena o, al menos, rebajarla. Para paliar el comportamiento de Butch, sus padres se dedicaron a “comprarle” con dinero. Le hacían regalos y le daban dinero a cambio de tener una convivencia más tranquila. El tener dinero en sus manos sólo empeoró las cosas en este joven estudiante.

Cuando Butch estudiaba llegó a liderar un grupo de violentos vándalos. En esta época tomaba LSD y también coqueteaba peligrosamente con la heroína. Sus padres decidieron sacarle de la escuela parroquial con 17 años.
Mientras tanto el matrimonio DeFeo seguía teniendo sus fuertes discusiones y en una de estas el joven Butch, harto de presenciarlas, se dirigió con una escopeta en las manos y apuntó a su padre. Le gritó que abandonara de una vez a su madre y le aseguró que le iba a hacer pagar por sus malos tratos. Llegó a disparar, pero el gatillo se encasquetó y no ocurrió nada.

Para salir del paso Butch buscó dinero fácil y cometió un robo en la empresa de su abuelo. Fue a meter dinero en el banco pero no lo hizo, mintió asegurando que le habían robado. Cuando la policía le interrogó se dieron cuenta de que algo fallaba en su historia y el abuelo decidió dejarlo pasar y no poner una demanda.
Butch odiaba a su padre, tenía mal carácter y era violento. Días después de su delito pecuniario cometió otro más grande: asesinar a toda su familia.

Los Lutz En Amityville


George Lee Lutz tenía su propia empresa de construcción. Kathleen Theresa Lutz (Kathy) estaba casada en segundas nupcias con él. Era viuda y había tenido tres hijos de su anterior matrimonio, Daniel, Christopher y Melissa/Missy. Decidieron comprar la casa de Amityville porque pensaron que era una gran oportunidad debido al precio. No era de extrañar que siendo tan grande se vendiera tan barata, pero aunque se les comunicó a los Lutz lo que ocurrió allí con los DeFeo, decidieron comprarla y endeudarse. Después de todo, los fantasmas no matan, las casas tampoco, sólo matan las personas. Con esta premisa se mudaron al 112 de Ocean Avenue en Amityville.



Según los Lutz, desde el primer día en que pisaron aquella casa, sucedió algo. Así día tras día y noche tras noche durante veintiocho días, momento en el que abandonan la casa.
El primero en darse cuenta de que sucede algo es el padre Pecararo, amigo de la familia que acude el día de la mudanza para bendecir la casa. Cuando está dentro intentando hacer su trabajo se siente mal, rechazado por una fuerza que no conoce, y escucha claramente como una voz le dice “Fuera de aquí”. A partir de ese momento el cura se marcha y no vuelve más, y cualquier intento por ponerse en contacto con los Lutz a través del teléfono es prácticamente imposible.

Las pocas veces que consiguen contactar, la conexión se estropea. Además, el padre Pecararo sufre en sus propias carnes según su testimonio estigmas, fiebres sin origen aparente y un olor terrible que le persigue (el olor a excrementos es, según la demonología, signo de que hay un ser demoníaco. Este olor nauseabundo también se olería en la casa de los Lutz).

Durante su estancia en Amityville, los Lutz vieron como se abrían solas las ventanas para dejar entrar el frío de fuera, las puertas se cerraban, masas viscosas envolvían las paredes, mejungues mugrientos, lodosos y malolientes salían de los retretes… El frío gélido acompañaba siempre a George Lutz. Kathy Lutz levitaba sobre su cama, tenía pesadillas en las que aparecía el suceso de los asesinatos de los DeFeo, y a veces sentía una presencia tranquila que la abrazaba, ésta iba acompañada de olor a rosas (un buen signo). La pequeña de los Lutz, Melissa, estaba siempre acompañada por una amiga invisible, una tal Jodie que en realidad parecía tratarse de un cerdo de ojos rojos que se ponía a dos patas y aconsejaba a la niña (malos consejos, por supuesto). Los hermanos se pasaban el tiempo peleándose, algo que no solían hacer, al menos no con aquella violencia. El carácter en general cambió, pero quien más lo acusó fue George, que de pronto se hizo un tipo más cerrado, se comportaba con dureza con los niños –algo que anteriormente no hacía-, y se obsesionaba con dos detalles: el frío que le perseguía, y despertar cada noche a las 3.15 h. de la madrugada, hora en que Butch DeFeo había asesinado a su familia.

Además del padre Pecararo hubo más personas que fueron testigos de que en la casa ocurría algo. Una joven con sensibilidad que entró en la casa a petición de George salió de allí espantada al darse cuenta de que la presencia que ocupaba el lugar era demasiado fuerte y demoníaca. La cuñada de los Lutz (mujer del hermano de Kathy), vio a los pies de su cama a una niña y no pudo soportarlo. Aunque le dijeron que fue una pesadilla ella sabía que era real y no quiso volver.

Con la destrucción de una enorme puerta de toneladas de peso, la entrada a mansalva de agua de tormenta en la casa en plena madrugada cuando están dormidos habiendo dejado las ventanas cerradas, la visión de una Kathy envejecida levitando sobre la cama en dirección a la ventana, la masa de moscas que se pegaba a una de las habitaciones, los estigmas que sufría Kathy mientras dormía, los muebles que se arrastraban y cambiaban de posición, las imágenes que proyectaba el fuego de la chimenea, los poltergeist que ocurrían a las 3.15 h de la madrugada, hora en que se despertaba George, y el fantasma del hombre –un ente- que habitaba la casa la familia Lutz decidió salir de su hogar, abandonarlo y no volver jamás. Ni siquiera para recoger sus objetos personales.



Kathy Theresa Lutz falleció el 17 de agosto del 2004. Había tenido cinco hijos, los tres primeros de un matrimonio anterior (Christopher, Daniel y Melissa), y los dos siguientes de George (Gabrielle y Noel).

George Lee Lutz falleció con 59 años por causas naturales (fallo cardíaco) el 8 de mayo del 2006 en Las Vegas. Cuando falleció tenía una novia de Las Vegas, Cindy Stock.

Cuando falleció Kathy, George y Kathy Lutz llevaban un tiempo divorciados.


Los Investigadores



En 1976 el matrimonio formado por Ed y Lorraine Warren (demonólogo él, clarividente ella) se interesaron por la casa y decidieron pasar un tiempo dentro de ella. Sus declaraciones acrecentaron la leyenda de la casa poseída pues ambos dijeron que habían escuchado voces y que sentían la presencia de espíritus demoníacos. Iban a cargo del Canal 5 de New York, lo que dio más publicidad al caso. Acudieron en grupo a la casa e hicieron sesiones espiritistas.
Más adelante Joe Nickell, en su libro “Entidades: Angeles, espíritus, demonios y otros seres extraterrestres” contaría que además de las sesiones de espiritismo, el grupo aconsejó realizar allí mismo un exorcismo. También dejó claro en su libro que un señor que vivió en la casa más adelante, confesó que no había vivido ninguna experiencia paranormal, lo mismo que el matrimonio formado por James y Barbara Cromarty quienes aseguraron que no sucedía nada extraño en la casa (excepto que los turistas se empeñaran en acercarse a la casa y destrozar su nueva propiedad).



Verdad o Mentira



• Según contara Barbara Cromarty a Joe Nickell, en la casa no había podido ocurrir nada de lo que contaron los Lutz porque la casa estaba en perfectas condiciones cuando la compraron: las bisagras de las puertas y ventanas, cerraduras y perillas, estaban intactas. Ninguna fuerza sobrenatural las destrozó. Según ella, además, no había ningún tipo de daño en el barniz ni en la pintura de la casa.
• Según el relato de los Lutz se hizo una llamada telefónica a la policía para pedir ayuda, pero en el archivo del Departamento de Policía de Amityville esta llamada no consta.
• George Lutz afirmó haber visto huellas de un cerdo en la nieve fuera de su casa (el supuesto Jodie), algo que Kathy confirmó al salir con él y verlas también aunque menos profundas, sin embargo los registros meteorológicos de esa temporada no registraron nieve suficiente para dejar este tipo de huellas.

Para los no escépticos -o creyentes- buscar una posibilidad que refute estas teorías es posible. Por ejemplo, la casa se arregló antes de ser vendida para que la venta fuera más viable. Posible. La policía no se molestó en registrar la llamada de los Lutz o en verificarla por falta de interés. Posible también. La nieve en ese punto exacto de la casa podría haber sucedido de una forma inusual debido a los otros acontecimientos que rodeaban el lugar (no deja de ser un fenómeno paranormal). Igualmente posible. Del mismo modo en que se puede romper una teoría a favor, también podría desmantelarse una en contra.

• El abogado William Weber que anteriormente trabajó en la defensa de Ronald DeFeo, contó que el matrimonio Lutz acudió a él para sugerir la posibilidad de escribir una historia de terror acerca de la posesión demoníaca de la casa. Según Weber, la historia se forjó con varias botellas de vino que se bebieron los Lutz y él mismo. Todo esto habría sido con la idea de ganar dinero porque lo necesitaban ya que estaban a dos velas. (Weber les demandó por haber realizado el libro sin su colaboración, tal y como habían quedado)

Bueno, pues hasta esta apreciación podría, si se quisiera, negarse. En “Aquella casa maldita en Amityville” Carlos Cala Barroso asegura que los Lutz nunca tuvieron problemas económicos, y que su empresa era próspera. Además, no olvidemos que según los Lutz hay más testigos de estos acontecimientos, tendrían que haber mentido incluso por encima de ellos.
Y ahora viene la prueba de fuego:

• Durante el juicio que se celebraría a causa de la demanda de Barbara y James Cromarty por daños y perjuicios, los Lutz asegurarían ante el juez que los hechos acaecidos en el 112 de Ocean Avenue habían sido inventados.

¿Negar esto? Eso ya es casi imposible. Podríamos decir que les convenía mentir porque nadie iba a creerles una verdad tan espantosa pero lo cierto es que los Lutz, con el tiempo, llegaron a confesar que se inventaron parte de la historia. Probablemente los Lutz vivieron algún tipo de molestia sobrenatural, quizás ruidos de muebles arrastrándose, ventanas abriéndose solas, o sea algún tipo de poltergeist que tampoco es tan raro, y alguna que otra cosa más que les asustara, y sin embargo salir de allí a sólo 28 días de estancia resultaba ridículo para tan poca cosa. Hay gente que pagaría por vivir cosas así (hay de todo en la viña del señor ¿no?). El caso es que saldrían espantados y decidirían que la historia era muy poca cosa para no resultar avergonzados, y quien sabe, igual a partir de ahí decidieron agrandar la historia. Sabemos pues que tenían dinero y que la empresa iba bien pero, es bien sabido que dinero llama a dinero y que la avaricia rompe el saco; quizás vieron una forma estupenda de ganar dinero así y, como les recuerdo, con cuatro sonidos y un par de poltergeist no iban a conseguir nada, necesitaban algo más demoníaco. Además el origen de la casa se prestaba pues bajo el terreno (precisamente del área de la piscina) fue donde antiguamente hubo un sanatorio para enfermos y dementes a los que se dejaba morir.
Personalmente sólo puedo decir una cosa. Leí el libro de Jay Anson muerta de miedo, por las noches cerraba el libro y le daba la vuelta porque la portada era espantosa y provocaba pesadillas. Mientras lo leía investigué algo en internet y descubrí que habían sido acusados de fraude. En ese momento el libro dejó de darme miedo, y también le quitaron la gracia.
Me he leído el libro de Carlos Cala Barroso con mucho interés, porque me interesaba conocer los detalles del macabro asesinato múltiple, y no me arrepiento en absoluto. Él, como yo, vio la película muy jovencito y se apasionó con la historia. Además, Carlos Cala Barroso está convencido de los hechos ocurridos en la casa de Amityville a pesar de las noticias que en internet cuentan que los Lutz desmintieron parte de la historia.*


Curiosidades

• Hay noticias falsas en internet como que la casa quedó abandonada y nunca más nadie volvió a vivir en ella. En realidad sí fue comprada por dos matrimonios más y en la actualidad siguen soportando que los turistas se hagan fotos delante de la casa.
• Se dice que Ronald / Butch estaba casado cuando sucedieron los asesinatos e incluso que ella hubiera podido tener algo que ver.
• Ronald DeFeo tiene en la actualidad una página web oficial que lleva su esposa donde trata de demostrar las injusticias que se cometieron en Amityville con su marido.
• La actriz Meg Ryan participó en la película Amityville 3-D.
• El lugar donde ocurrió todo, Amityville, fue donde curiosamente se rodó la película “Tiburón”.

• Como ironía del destino, los DeFeo pusieron un cartel en la casa cuyo lema decía “Grandes Esperanzas”.
• Ron/Butch DeFeo asistió a un psiquiatra años antes del asesinato debido a su carácter (solía ir con malas compañías y meterse en líos, desobedecía cualquier orden de sus padres y se llevaba mal con ellos) pero el psiquiatra no consiguió nada con él y lo dejaron por imposible.
• Los Lutz, Jay Anson y los editores de la novela fueron demandados por el matrimonio James y Barbara Cromarty, siguientes propietarios de la casa del 112 de Ocean Avenue, porque en el libro que contaba “su historia” inventaron hechos fraudulentos que ocasionaron la pérdida de intimidad de los nuevos dueños de la casa y destrucción de la propiedad, debido a la cantidad ingente de personas que visitaban la casa a causa de hacerse pública la historia.
• El médico psiquiatra Dr. Daniel Swartz, que fue nombrado para ocuparse de la parte de la defensa de Butch DeFeo, más tarde sería el mismo que atendería al asesino en serie David Berkowitz, más conocido como “El hijo de Sam”. (Su celebridad se fue al traste porque diagnosticó enfermedad mental a Berkowitz erróneamente, algo que se comprobó años más tarde).
 
No Mires Hacia Atras



Alguna vez cuando tu estas en algún lugar solo ¿No sentiste que alguien te mira pero tú sabes que estás solo?

Bueno yo te diré la lo que te podría estar observando.
Hace algún tiempo un niño de 7 años llamado Antonni como todos los días iba de regreso del colegio hacia su casa por el mismo lugar, pero un día un perro negro lastimado de una pata se cruzo por su camino, Antonni conmovido fue tras el perro, lo siguió hasta un lugar desolado, y mientras el niño se dio la vuelta para ver donde estaba, el perro desapareció, entonces el niño perdido, fue en busca de ayuda para poder volver a su casa pero no encontró más que una pequeña casona, al ver que que anochecía se metió sin dudarlo, pero al entrar se dice que Antonni grito y grito de desesperación pero no había nadie para socorrerlo, pero ¿Por qué gritaba Antonni? Se dice que cuando entro a la casona una sombra sin cuerpo lo miro a los ojos con unos ojos amarillos, entonces Antonni se quedo petrificado del susto y murió.
Al día siguiente la policía junto a su madre lo fueron a buscar, y por la información que les dieron llegaron a la casona, apenas entraron vieron el cuerpo sin vida de Antonni en el suelo, pero lo mas extraño fue que al acercarse al cuerpo vieron que lo ojos de Antonni estaban de un color amarillo, los policías con un poco de miedo se lo llevaron. En el momento que iban de salida un policía miro atrás porque creyó que algo lo observaba, lo que vio fue dos pares de ojos amarillos ¿pero de quien eran ese par de ojos adicionales?, entonces el policía lleno de miedo no dijo nada, pero en el camino enloqueció y se suicido con su pistola pero nadie supo porque lo hizo.

Y ahora lo que te voy a decir no es un juego, cuando te encuentres solo y repites tres veces el nombre de Antonni en voz clara y fuerte sentirás que alguien te mira atrás tuyo, pero te aconsejo que no te des vuelta o podrías quedar marcado de por vida, yo lo intente apenas una vez, pero no lo hice directamente, sino a través de un espejo y lo que vi fue un par de ojos amenazantes color amarillos que me hipnotizaron por algunos segundos, de no haber sido por mi madre que llamo a la puerta tal vez jamás hubiera despertado.
Por eso te aconsejo no mirar hacia atrás, porque aunque no lo vi se dice que no solo te aparece un par de ojos, sino dos pares que se dice que un par son de Antonni, pero el otro par no se puede saber con exactitud pero se dice que son los mismos que miro Antonni antes de morir.

Esta historia es un hecho real, que espero que no intentes realizarla o quedarías marcado de por vida.

No Abras la Puerta



Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años. Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades (tanto en su trabajo como en su casa). Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto pocas manzanas cercanas del hogar de la familia. Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenia que dejar a su hijo solo en casa. Maria para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo: No habrás ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo. Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente. Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. POM...POM....el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: ¿Eres tú mamá? La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido. Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada. Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas........ Y si os preguntáis por que sé, es por que, simplemente, soy ese niño.


Moraleja: Ten cuidado con todas las puertas que te encuentras por el camino. Algún día te puede suceder lo de este relato. Muy curioso y escalofriante.

Envidia



Era una chica callada, nunca hablaba y rara vez faltaba a clases. Su nombre era Miyoka, era ese uno de los motivos de su desesperacion y sus pesadillas aunque trataba de disimularlo con su seriedad y falta de expresion en el rostro.

Sus compañeras le tenian cierto odio, la molestaban hasta hacerla llorar, una de las razones porque le seguian haciendo eso, les gustaba verla sufrir y no dudarian en matarla si tuvieran la oportunidad.

Envidia era la unica explicacion que le tenia al caso.

Pero un dia, ella dejó de asistir a clases. Las semanas pasaron y ninguna noticia de la pequeña...se levantaron grandes sospechas cuando surgieron misteriosas muertes a las personas que solian molestarla. Decidieron ir a su casa a investigar y a comprobar si sus sosoechas tenian sentido.

Al llegar, un olor putrefacto invadio a las chicas que entraron a su casa, era un olor a cadaver mezclado con un dulce aroma a vainilla. Fueron a su habitacion y encontraron a la chica acostada en su cama, tapada con las sabanas de tal forma que no se le veia el rostro ni los brazos. Las chicas levantaron las sabanas y se encontraron con el cadaver putrefacto de miyoka totalmente descuartizado, sin ojos ni lengua y todos los cabellos arrancados de su cabeza.

Ademas, lograron encontrar dibujos estampados en la pared. Algunos tenian los nombres de las chicas que habian muerto de forma inexplicable durante el letargo de la pequeña y en los ultimos aparecia una niña cortandose partes del cuerpo y arrancandose la piel de la cabeza...en la otra aparecian dos chicas amarradas de manos y crucuficadas en el techo, bajo este mensaje se leia.

"Gracias por preocuparse"

Este no es el fin del relato, pues segun lo que oí...lograron salir de la habitacion y encerrarse en el baño. Dentro de el habia un chico sumergido en la tina que tenia una nota en la boca; al parecer era una carta del suicidio que esta se iba a hacer, el venia a evitarlo y se encontro no solo con el cadaver, sino que tambien con una aparicion monstruosa a lo cual no tuvo mas solucion que acabar con su propia vida.

La Niñera



Cuenta la historia de una mujer que llegó sorpresivamente a la ciudad. Alta, pálida y sonriente. Buscaba trabajo para poder sobrevivir, estaba escapando de una gran hambruna y pobreza de su tierra natal. Llegó a la casa de los Wilson. Una familia muy adinerada que vio que la muchacha tenía pinta de ser de confianza. La contrataron y ella cuidaba de sus cuatro hijos. Todo fue bien durante exactamente 3 semanas. Hasta que algo ocurrió. Una noche tormentosa en la cual los Wilson habían salido y los niños dormían, la niñera comenzó a escuchar ruidos extraños, golpeteos de puertas y ventanas, llamadas extrañas donde nadie respondía y el viento que silbaba fuertemente y la hacía sentir con mucho frío. Salió al jardín a tomar un poco de aire. Lo unico que se pudo deducir después de esa noche, fue un misterio para los demás.

A la mañana siguiente los Wilson llegaron apresurados y encontraron a la niñera, con una parte de su cara en carne viva, ahorcada en uno de los árboles del jardín, con los ojos abiertos y amarillentos, mirando fijamente al tremendo vacío. De sus ojos se veían que habían marcas de lágrimas negras, ya secas y siniestras. Se llevaron el cadáver de la niñera ese mismo día y los Wilson abandonaron la casa, espantados por sentir la presencia de la muchacha en su hogar.

Después de unos años, nadie se había atrevido a comprar la casa de los Wilson. Hasta que una familia la compró por el bajo precio en que se encontraba. Han declarado que no pueden bajar al sótano porque empiezan a sentir mucho frío, a sentir que hay alguien que los sigue a todos lados y han terminado por prohibir la entrada a aquel sitio. En el jardín, a las 3 de la madrugada siempre escuchan la misma carcajada excéntrica y macabra, la risa de la niñera. Se burla de la nada, sale de una boca invisible. Su espectro da vueltas por la habitación de los niños, se lamenta en porqué nadie le dijo que esa noche un psicópata altamente peligroso estaba suelto. Llora en silencio y su risa sin motivo se transforma en un grito de rabia. Gira el cuello, y la cabeza se le desprende como si fuera una muñeca rota. Vuelve a reír y se va, se desvanece... los niños no saben quien es la que no los deja dormir. Pero que se puede hacer... la niñera siempre busca a quien observar, alguna persona a quien espantar. Ya no le queda nada en este mundo.

Las Gemelas



Dicen que cuando nacen gemelas lo que le pasa a una le pasa a la otra siempre, esto precisamente es lo que le sucedió a dos chicas gemelas de españa.
Eran dos hermanas que se llevaban muy bien, nunca se peleaban indiscutían, pero por razones de trabajo tuvieron que cambiar su residencia a la ciudad, donde estaba la carretera que era peligrosísima en esos momentos.
Las niñas tuvieron que cruzar solas por que a la madre la llamaron del trabajo para que fuera urgentemente, les dijo a las niñas que cruzaran solas pero con cuidado y mirando a los dos lados y las niñas obedecieron.
Nada más girarse la madre para marcharse oyó un golpe muy fuerte detrás suyo, eran sus hijas que habían sido atropelladas por un camión, las dos desgraciadamente habían muerto.
Cuatro años más tarde la madre aún era joven ya que tenía 34 años, todavía vivía en la misma casa cerca de la carretera y no olvidaba ningún día a sus dos gemelas. afortunadamente había vuelto a tener hijos, casualmente eran dos gemelas, además muy parecidas a las que murieron atropelladas, esto hacía que la madre en parte olvidara ese trágico suceso.
Pero la fatalidad estuvo a punto de volver a la familia, a pesar de prohibirles expresamente acercarse a la carretera, un día las dos niñas fueron jugando y decidieron cruzar la misma, no venía nadie en ningún sentido, no había peligro, en el último momento apareció su madre y les dijo que no cruzaran muy alterada y chillando, a lo que las niñas respondieron al unísono:
- Si no pensábamos cruzar, ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir…

No Solo los Perros Lamen



Era una niña de 9 años, hija única de padres de gran influencia en la política local; esta niña tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña normal con buena educación, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola. Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande (esto para que cuidase a la niña cuando creciera), pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra los padres fueron a despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se postraba abajo de la cama. Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo, ya aproximadamente como a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó, eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro) y lo hizo, entonces ella se tranquilizó y durmió otra vez. Cuando ella se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas, era sangre que decía así: N0 SÓLO LOS PERROS LAMEN. Entonces dio un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo. Cuando los padres la encontraron, la niña estaba arrodillada en un rincón de su habitación. Solo decía ¿Quién me lamió?. Nunca volvió a ser la misma, tratando de olvidar lo sucedido.
 

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