lunes, 14 de diciembre de 2009

mitos y leyendas de chile part 4

La piedra del león
La piedra del león se encuentra ubicada en un cerro llamado Yevide, en San Felipe. En este cerro, cuando los indígenas habitaban la zona, los pumas abundaban. Desde aquellos tiempos este felino, que vive tanto en América del Norte como América del Sur, desde la Columbia Británica hasta la Patagonia, ha sido víctima del exterminio.
Pero bueno la historia cuenta que en Yevide vivía una leona con sus dos cachorros. Un día la hembra tuvo que dejar a sus hijos para ir en busca de comida. Junto a una enorme piedra quedaron durmiendo. Cuando la leona regresó de la cacería los pequeños no estaban. Unos arrieros en su ausencia se los llevaron. La madre desesperada los buscó incesantemente sin resultados.
Al llegar la noche se echó desconsolada junto a la piedra. Se dice que de todas partes se escuchaban los rugidos del animal, que al parecer eran más llanto.
 

Desde el amanecer siguiente nunca más nadie volvió a ver a un solo puma. Todos se fueron del cerro Yevide.
En las noches de invierno, la gente suele escuchar el gemido de la leona y dicen que es el alma de ella que aún reclama a sus hijos.

Cuenta la historia que un matrimonio vivía sin problemas en el campo, junto a sus dos hijos. Per la famila no sabía que la mujer era bruja.

Ella tenía escondidos unos frascos llenos de cremas que se ponía en su cuerpo todas las noches. Estos ungüentos tenían la virtud de transformarla en el animal que ella quisiese. Luego de hacer este rito, salía a pasear por los campos nocturnos.

En la mañana volvía, se aplicaba sus cremas y recobraba la forma de madre.

Así pasó el tiempo, hasta que un día, no se sabe bién si sus hijos la vieron o encontraron estos frascos. Imitando a su mamá se pusieron las cremas, tranformándose en múltiples animales. Perros, chanchos, pollos y zorros. Pero cuando quisieron volver a ser niños, no supieron como. No sabían qué crema echarse en el cuerpo. Convertidos en animalitos se pusieron a llorar.

Su padre al despertar por los sollozos de sus hijos se encontró con la sorpresa de ver en lugar de sus hijos a unos pequeños animalitos. Él logró encontrar el frasco indicado y consigió que los niños se transformaran nuevamente en lo que siempre fueron: niños.

El padre sin pensarlo se deshizo de las cremas y las botó a las aguas del río.

Convertida en oveja negra volvió su esposa quien no pudo encontrar sus mágicos ungüentos. Los buscó por todas partes sin resultado. Quedo convertida para siempre en ese animal.

Ahora cuando se siente balar una oveja negra que vaga sola por los campos de noche, todos los campesinos saben que se trata de la Calchona, la oveja negra.

Todos acostumbran dejarle un plato de comida para que se alimente, ya que es totalmente inofensiva.

Laguna del Inca
Escondida en las alturas de la Cordillera de los Andes, en Portillo, se encuentra una hermosa laguna que hoy se conoce como Laguna del Inca. Aseguran que sus plácidas aguas color esmeralda se deben a una hermosa y triste historia de amor.
Antes que los españoles llegaran a estas tierras los incas habían extendidos sus dominios hasta las riberas del río Maule. Como se consideraban "hijos del sol", las altas montañas andinas eran el escenario perfecto para realizar sus rituales y ceremonias religiosas.
Según cuenta la leyenda el inca Illi Yupanqui estaba enamorado de la princesa Kora-llé, la mujer más hermosa del imperio. Decidieron casarse y el lugar elegido fue una cumbre ubicada a orillas de una clara laguna.
Cuando la ceremonia nupcial (*) concluyó, Kora-llé debía cumplir con el último rito: descender por la ladera del escarpado cerro, ataviada con su traje y joyas, seguida por su séquito. El tramo presentaba grandes riesgos. El camino era estrecho, cubierto de piedrecillas resbalosas y bordeado por profundos precipicios. La hermosa princesa mientras cumplía con la tradición cayó al vacío.
Illi Yupanqui, advertido por los gritos, se echó a correr. Pero el infortunio se había cruzado en el destino de la pareja. Cuando llegó a su lado era tarde. Su amada princesa estaba muerta.
Angustiado y lleno de tristeza, el príncipe decidió que Kora-llé merecía un sepulcro único, por lo que hizo que el cuerpo de la princesa fuera depositado en las profundidades de la laguna.
Cuando Kora-llé llegó a las profundidades envuelta en blancos linos, el agua mágicamente tomó un color esmeralda, el mismo de los ojos de la princesa.
Se dice que desde ese día la Laguna del Inca está encantada. Hay quienes incluso aseguran que en ciertas noches de plenilunio el alma de Illi Yupanqui vaga por la quieta superficie de la laguna emitiendo lamentos recordando a su amada Kora-llé.

Millalobo

Es un ser tipo tritón, mitad inferior lobo marino y mitad superior humano, y su rostro es una mezcla de ambos. Nació del apareamiento de una mujer con un lobo marino que la salvó de morir ahogada, en los tiempos de la lucha mítica entre Tenten Vilu Y Caicai Vilu. El Millalobo presentaría un pelaje brillante de color oro, de ahí su nombre, y la capacidad de cambiar la forma de su rostro. Este ser mitológico se dice que no puede hablar y solo se comunica mediante una especie de balido similar al del lobo marino; pero aun así, el significado de sus balidos es fácilmente comprensible para el ser humano.
La leyenda dice que al verlo Caicai, lo encontró un ser de su agrado; y como luego de su batalla con Tenten deseaba delegar su poder a alguien, escogió al Millalobo para ese cargo.
El Millalobo habita en el fondo marino, junto a su mujer la Huenchula y los tres hijos de ambos, la Pincoya, el Pincoy, y la sirena chilota, quienes lo ayudan en la tarea de manejar los mares.
Producto del gran trabajo que consiste el dominar los mares, el Millalobo tiene como subalternos a numerosas criaturas marinas mitológicas para hacer diferentes trabajos; los cuales van desde sembrar y cuidar el desarrollo de los mariscos y peces, hasta manejar el clima marino; además de guiar y cuidar a los muertos que produce el mar.
Las criaturas marinas que son malígnas, igualmente deben rendirle respeto.

Fiura

Tiene el aspecto de una mujer repugnante, de grandes mamas y de diminuta estatura (4 a 5 dm) y de larga cabellera negra. Su rostro presenta unas facciones horribles, con unos ojos chispeantes, que están casi ocultos tras su descomunal nariz. Sus miembros son delgados y engarfiados, y tiene la capacidad de alargarlos y girarlos en todas direcciones moviendo nerviosamente los deformes dedos de sus enormes manos. Usa ropajes de color rojo, y acostumbra adoptar posturas extrañas y muecas horrendas con su rostro.
Los habitantes de Chiloé cuentan en sus leyendas que la Fiura es la única hija y la semilla de la perversión de los actos de La Condená; su padre sería el Trauco, con quién igualmente está casada, para así poder seguir diseminando la maldad que proviene de los actos de su madre. De esta forma logra tener hijos con su padre los cuales tienen las mismas características del Trauco si son machos, y de ella si son hembras. Por ello conservan los mismos nombres de estos dos seres.
Debido a su origen, aventaja en malignidad y ferocidad a su padre-marido; por lo cual se deleita en prodigar males a las personas de Chiloé. Se dice que vaga en los bosques y se escabulle entre los matorrales, en busca del fruto de las espinosas chauras, que come con glotonería; y las personas pueden saber que la Fiura ha pasado por un lugar, al observar las deposiciones que deja sobre las raíces salientes de los grandes árboles. Igualmente se dice que teniendo un gran cuidado, se puede observar cuando ella se peina cuidadosamente con un peine de cristal o plata muy pulido que brilla con los rayos del sol, mientras se baña en pequeñas cascadas. Después del baño, se sienta sobre el musgo, y permanece desnuda durante horas o se dirige a danzar sobre las tembladeras. Se caracteriza por poseer una fuerza sobrehumana y por la capacidad de hacer uso de la fetidez de su aliento para torcer o quebrarles los miembros a los animales o las personas que la observan; siendo tal su poder, que puede surtir sus efectos a distancia. Igualmente se caracteriza por sentirse atraída por los animales y hombres viriles; debido a su gran fuerza y destreza, es imposible librarse de ella. Para atraerlos hace uso de su gran poder de seducción maligno heredado de los vicios de su madre; y así el hombre o animal se sentirá atraído hacia la Fiura, y le pedirá tener relaciones sexuales; y por eso las expresiones populares dicen que “lo tentó la condená”. La única condición que le pediría al hechizado enamorado sería que no le vea el rostro; si llega a observarla, ella utiliza su maligno aliento para castigarlo. Una vez saciado su apetito sexual, provoca una locura al desdichado. Algunas versiones indican que también se dedica a raptar a los niños para críarlos como propios y así corromperlos.
Los males y deformaciones causadas por la Fiura, serían prácticamente incurables y solo unos pocos casos puede conseguir alivio mediante un tratamiento y ritual especial que pueden ralizar únicamente las machis. Para contrarrestar los males provocados por la Fiura se dice que se debe tomar raspaduras provenientes de la "Piedra de Ara" (piedra de mármol del altar de una iglesia).
Contra las deformaciones, la cura consistiría en cortar una rama de la pahueldún (enredadera) al comienzo del amanecer; y una vez llevada junto al enfermo, la rama debe ser azotada hasta que brote la savia, la cual debe beber el enfermo. Posteriormente la rama azotada debe ser arrastrada hasta la playa, y luego lanzada al mar. Según los chilotes son varias las fiuras hijas y solamente un brujo chilote o calcu poderoso puede actuar contra ellas; ya que los hombres normales no se le pueden acercar.

La Condená

La Condená se describe como una mujer de mediana edad de alrededor de cuarenta a cincuenta años; que durante su juventud fue muy hermosa, pero por causa de su mala vida esta condenada a llevar una forma humana que representa una mezcla grotesca de lo insinuante y bello, junto a lo grotesco y malo, que el ser humano obtiene al llevar una vida licenciosa y disipada.
Los habitantes de Chiloé cuentan en sus leyendas que la Condená es consecuencia de los placeres desenfrenados y los vicios, que traen consigo la degradación moral encarnados en una mujer de vida licenciosa y disipada. De esta mujer, cuyo nombre el pueblo chilote olvidó con el paso del tiempo, se dice que en su juventud producto de su belleza y la comodidad económica que su famila le brindaba sólo se dedicó a llevar una vida desenfrenada y llena de vicios. Producto de estas perversiones y excesos de toda índole atrajo el espíritu del mal, que al verla logró despertar esos vicios como un ser maligno reflejado y encarnado en el cuerpo de esta mujer, transformándose de esta forma en la criatura horripilante que representa este tipo de vida. Como los habitantes de las islas conocían las razones que la llevaron a este cambio en su apariencia, y como ella no tuvo ningún arrepentimiento de sus actos se le condenó a vagar por todos los caminos, arrastrando consigo las culpas de haber tenido una existencia licenciosa.
Como el mal atrae más mal, y además como la Condená deseaba propagar sus vicios, ella logro atraer la atención del Trauco para tener relaciones con él. De esta forma, la Condená logró que germinara en ella la semilla de la perversión de sus actos; y se le conozca más como madre de la Fiura.
La palabra condená, es un apócope de la palabra condenada, que es usada para referirse a personas, que se apartan de una conducta moral y vida adecuada; y que además no hacen caso de su conciencia o los consejos de sus amigos y familiares que le señalan el camino a una vida correcta.

Pincoy

Tiene el aspecto de una criatura tipo tritón, su cuerpo sería el de un lobo marino de gran tamaño, color plateado brillante, con hermoso y varonil rostro humano, luciendo una poblada melena dorada; siendo un aspecto atrayente mágicamente para las mujeres.
Se dice que como príncipe de los mares, por ser hijo del Millalobo; él es el administrador de los dominios marinos de su padre. Sería inspector severo del fiel cumplimiento de los mandatos de su padre; y el vigilante de que exista un normal desenvolvimiento de todos los procesos que se desarrollan en los mares; especialmente los relacionados con la reproducción de los peces y demás habitantes del mar. Por ello siempre permanece atento a las actividades que realizande sus hermanas, la Pincoya y la Sirena chilota, a quienes ayuda y protege cuando ellas lo requieren. Entre las actividades más características que realizaría, esta el ayudar junto a sus hermanas a llevar a los muertos del mar hacia el Caleuche; y el cantar una bella y extraña canción, para que la Pincoya inicie su baile mágico.
El Pincoy igualmente sería el esposo de la Pincoya; siendo la pareja feliz de la mitología chilota, al contrario del caso del Trauco y la Fiura.
Los chilotes dicen que al Pincoy le agrada la música, especialmente con la que se produce con la flauta Pincullhue (flauta hecha del bambú colihue). Además sería un ser que se caracteriza por sentirse atraído hacia las mujeres bellas, y por ello en algunas ocasiones se acercaría a las playas de alguna isla, a contemplar a la mujer hermosa que se encuentre mariscando aguas adentro; siendo relativamente frecuente que logre conquistar los favores de ella. Si el Pincoy logra conquistar a la mujer, se dice que ella tendrá un hijo con forma de lobo marino; y si a ellas se les pregunta por el padre, sólo excepcionalmente, indicaran datos muy vagos de él. Esto debido a que ellas hicieron la promesa de no hablar de él.
Los pescadores cuentan que a corta distancia de sus embarcaciones, se puede observar como el Pincoy pasaría nadando a una velocidad extraordinaria, brillando como un rayo plateado.

Huenchur

Se dice que la Huenchur tiene la apariencia de una mujer anciana, que viste con un traje típico de una machi; y siempre se observa en el mar sobre una embarcación llamada bongo (tronco cavado con forma de bote).
La leyenda dice que la Huenchur era una antigua y muy conocida Machi, por ello era muy visitada por las personas que necesitaban ayuda.
Un día, al salir a buscar hierbas medicinales al bosque, encontró entre los matorrales a un leñador moribundo. Como era su deber, decidió ayudarlo y lo llevó a su ruca, que se encontraba entre el lago Cucao y el lago Huelde; y posteriormente utilizo sus habilidades para curar las heridas del leñador. Con el paso del tiempo el leñador se recuperó y nació el amor entre ambos. Como era la costumbre, ellos se casaron, y al pasar un año tuvieron una hija a la que llamaron Huenchula. Su hija al crecer, fue una joven muy hermosa a la que todos los habitantes de la isla admiraban. Como la Huenchur necesitaba siempre ayuda en los quehaceres domésticos, su hija siempre la ayudaba, realizando quehaceres tales como traer el agua al hogar. Fue así como sucedió que en los viajes que realizaba Huenchula al lago Huelde para buscar agua, se le aparecía una criatura con la apariencia de un ser mitad lobo marino y mitad hombre. Su hija le contó estos encuentros, pero la Huenchur, no le creyó la historia y pensó que sólo era una fantasía; ya que como Machi, muchas veces escuchaba historias fantasiosas de las personas. Debido a ello, su hija continuó dirigiéndose al lago; hasta que un día desapareció.
Se dice que como su hija no regresó al hogar, ella muy angustiada salió a buscarla, pero al llegar a las orillas del lago, la Huenchur sólo enconto la "chunga", en la cual su hija llevaba el agua, y esta sólo estaba llena de un líquido rojo similar a la sangre. Al ver esto se dirigió llorando a su casa, y allí le contó lo sucedido a su esposo; y decidieron hacer un machitún, para conseguir el regreso de su hija; que ellos suponían debía estar raptada por algún brujos de chiloé, o algún ser maligno. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, su hija no volvió.
Luego de pasar un año de angustias y pena, en una noche de luna llena, su hija perdida volvió a su casa. La Huenchur y su marido, se sorprendieron por el regreso de su hija, y luego de calmarse le preguntaron por qué había desaparecido. Su hija sólo respondió que se había casado con un rey y que había tenido una hija con él; y que había vuelto para traerles regalos de parte de su esposo, como era la costumbre. La Huenchur y su marido, observaron que su hija tenía muy envuelta entre sus brazos a su nieta; y le pidieron verla. Su hija les respondió que no podían, ya que la bebe debía permanecer ajena a las miradas de todos; pues era una bebe especial. Luego su hija depositó a la nieta de la Huenchur en una vasija de manera, llamada "lapa", para que la niña durmiera; y le encargó a su madre que la cuidara, ya que ella tenía que salir por un momento. Al quedar solos, a la Huenchur y su marido les entró la curiosidad y decidieron ver a su nieta por un momento. Pero al quitar el tejido que la cubría, en ese mismo momento, su nieta se transformó, y ellos solo observaron agua. Al volver su hija, y ver lo sucedido, se puso a llorar amargamente. Tristemente, Huenchula tomó la lapa, y se dirigió al mar a encontrarse con su marido; quien era realmente el ser conocido como Millalobo. Posteriormente el Millalobo transformo el agua que había estado en la lapa, en una bella mujer llamada Pincoya, y así toda la familia se fue a vivir en el fondo del mar.
Debido a lo sucedido, la hija de la Huenchur no volvió jamás a su hogar. Esto trajo a la Huenchur, gran pena, y culpa. Al pasar el tiempo, consumido por la angustia, falleció el esposo de la Huenchur. Así, ya enloquecida por todo lo sucedido, salió a buscar a su hija. Al no encontrarla en el bosque, se acercó al lago Cucao y se embarcó en un "bongo", y navegó en dirección al río para dirigirse al mar. Se dice que en el trayecto iba gritando: Cucao Cucao Cucao, Cule (debido a ello el lago sería llamado Cucao).
Al llegar el océano, la frágil embarcación quedó a la deriva en el océano, hasta que las enormes olas la destrozaron y se hundió en las profundidades. La Pincoya, como era su deber, en ese momento se dirigió hacia el naufragio. Pero al llegar reconoció a su abuela muerta, y por ello decidió llevar el cuerpo muerto, ante la presencia de su padre, el poderoso Millalobo. El millalobo al ver angustiadas a su hija y a su esposa, decidió devolverle la vida a la Huenchur. Pero como había desobedecido la orden de no ver a su nieta; revivió a la Huenchur, bajo la condición de que ella, no debía volver a tener jamás contacto directo con los seres humanos, ni llegar a tierra firme. Para cumplir esta condición, ella debía navegar en su pequeña barca por toda una eternidad. La Huenchur se sorprendió al saber que el esposo de su hija era el gran Millalobo y como agradecimiento por haberla revivido y permitirle estar junto a su familia, aceptó las condiciones.
Con el paso del tiempo, el Millalobo, reconoció a la Huenchur como una mujer sabia, y por ello decidió darle la autoridad para controlar el curso de las mareas y el viento, para dirigir el clima marino. También decidió perdonarla en parte, y así le dio el poder para comunicarse con los habitantes de la tierra, a través del viento y por medio de su ayudante, llamado el Cahuelche. Desde ese día es la Huenchur quien conoce y anuncia la llegada del buen tiempo con el viento Sur, cuando el viento sopla en la parte baja de los acantilados. Anunciando el mal tiempo y la tempestad, al soplar el viento en las alturas de los cerros, y escuchándose por medio del viento la voz de la Huenchur gritando Cucaoooooo-Cucaooooo-Cucao, Culeeeee; lo cual es una señal de que no se debe salir a pescar en el mar.

Huenchula

Se cuenta que la huenchula es una muchacha de la zona de Cucao (costa occidental de la Isla Grande de Chiloé) que tenía amores con un ser marino o que fue secuestrada por él y convertida luego en guardiana de la fecundidad del océano. Existen varias versiones de la historia, que difieren en numerosos elementos, tales como la relación que existía entre la muchacha y sus padres, entre ella y el ser fantástico que se la llevó o el destino del bebé que tuvieron, pero todas sitúan los hechos en la zona del lago Cucao y en el caso de las versiones conocidas en la actualidad, se relata que sucedió específicamente en Chanquín, a orillas del lago Huelde. Un mito huilliche acerca del origen del lago Cucao que fue registrado en el siglo XVIII,[2] es visto[1] como la primera versión de relato.
A fines de la década de 1760, un misionero jesuita, que podría ser[2] Segismundo Guell, registró un mito acerca de cómo se originó el lago Cucao en su Noticia breve y moderna del Archipiélago de Chiloé, de su terreno, costumbres de los indios, misiones, escrita por un misionero de aquellas islas en el año 1769 y 70. El mito explica que en otra época una joven huilliche de nombre Cucao iba todos los días a lavarse a la orilla del Océano y que allí tenía encuentros con un "huecubu" (wekufe) que la llevaba mar adentro. Sin embargo, un día su madre la reconvino por sus amores con ese ser y ella se lo hizo saber a su amante, quien se enfureció y derribó cerros para hacer una laguna en que ambos pudieran encontrarse sin ser vistos. Para Renato Cárdenas, investigador de la cultura de Chiloé, ésta sería la primera versión de la historia de la Huenchula.
== Leyenda ==(toda penk) De acuerdo a la leyenda, la Huenchula era una joven huilliche nacida de la unión de una machi, llamada Huenchur, y de un leñador. La familia vivía en la costa del Pacífico de la Isla Grande de Chiloé, en Chanquín (comuna de Chonchi), lugar ubicado entre el lago Huelde y el lago Cucao y la muchacha era reconocida por su belleza en los alrededores.
Como parte de sus quehaceres domésticos, a la joven le tocaba acarrear el agua desde un pozo cercano al lago Huelde. Su madre le había advertido que que no debía mirarse en el pozo, pues podía ser que no viera su reflejo, sino que el Millalobo tomara su aspecto para observarla sin ser notado. Sin embargo, ella no obedecía a su madre y contemplaba su cara en las aguas. En otras versiones de la historia, ella ve que el Millalobo la observa desde el pozo, pero no deja de mirar porque se siente atraída por él.
Un día ya no volvió a su casa con el agua y cuando su madre se preocupó por ella, fue a buscarla al pozo, pero solamente encontró el recipiente abandonado y las aguas revueltas. Suponiendo que su hija había sido robada por el Millalobo y llevada al fondo del mar, la mujer empezó a lamentarse y la dio por perdida.
Al cabo de un año, la Huenchula llegó a la casa de su madre con un bulto en sus brazos y la saludó con naturalidad, como si nunca se hubiera ido. Le contó que tenía invitados a comer, gente muy importante que era amiga de su marido y que saldría a recibirlos. Luego pidió a su madre que hermoseara la casa para ellos y que mientras estaba ausente cuidara del bulto, pero que por ningún motivo lo abriera. Dicho esto, salió de la casa.
Sin embargo, la anciana no pudo resistir la curiosidad y desenvolvió el bulto de ropa, esperando encontrar dentro a su nieta, pero lo que halló fue un charco de agua mientras salía de la casa una pequeña forma luminosa que emitía un silbido. Advertida por el sonido, la Huenchula volvió a la casa e increpó a su madre por no haber tenido paciencia. Le dijo que ahora había perdido la oportunidad de conocer a su nieta, que los invitados estaban descontentos y que ella ya no volvería jamás a visitarla. Luego se fue para siempre.
Al llegar al mar, la Huenchula, vacío el contenido de la lapa; y llamo a su esposo, para contarle lo sucedido. El Millalobo le dijo que dejara de llorar ya que su hija no estaba muerta, y luego de decir esto, emergió una bella joven llamada Pincoya; la cual era la hija de ambos. La Huenchula, muy alegre se dirigió al lado de su esposo e hija, y así todos se fueron a vivir al palacio que el Millalobo tiene en el fondo del mar. Al pasar los años, la Huenchula y el Millalobo tendrían dos hijos más; llamados Pincoy y Sirena.

Trentren Vilu y Caicai Vilu

Trentren-Vilu (Tenten-Vilu en Chiloé) y Caicai-Vilu o simplemente Trentren o Tenten y Caicai, (del mapudungun Trengtrengfilu y Kaykayfilu), son seres mitológicos de la mitología mapuche y en las últimas décadas del siglo XX fueron reintroducidos en la mitología chilota. Ambos son seres poderosos con forma de serpiente (en mapudungun, filu); Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que domina el poder del mar y todo lo relacionado a él y Trentren-Vilu es la "serpiente terrestre" que domina la tierra, el fuego, y sus volcanes.
La tradición dice que en la antigüedad el territorio continental de Chile habría sido solo una única franja de tierra plana unida completamente al continente americano; pero producto de una lucha legendaria que tuvieron estos seres, se creó la actual geografía de Chile, con innumerable cantidad de archipiélagos e islas al sur de este país, entre ellos el archipiélago de Chiloé; y también serían los responsables de muchas de las montañas, cerros y volcanes a lo largo de Chile.
Según los mapuches, estas dos serpientes serían originalmente los hijos de los pillanes más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa culebra que sería Caicai y el hijo de Antu convertido en una inmensa culebra que sería Trentren. Ambas culebras serían adversarias, así como fueron adversarios Antu y Peripillán. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para cuidarlo, y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar al ser humano; Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los espíritus antiguos.
Se dice que cuando Caicai despertó de su sueño, a causa del desagradecimento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.
Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos marinos (siendo uno de ellos el origen del cahuelche), y a los ahogados en sumpall. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestrar el poder de Caicai. Enojada, Caicai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Trentren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Según la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones referente al mar, al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, luego del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día fue Trentren quien se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Desde ese momento, Trentren continúa manifestándose mediante los temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos cuando se revuelve en medio de su sueño.
Una variante del mito cuenta que la ira de Caicai contra los seres humanos comenzó porque una muchacha rechazó a su hijo, el Trauco.Algunas comunidades huilliches, dicen que la batalla se originó producto de que una hija del Trauco rechazó al pillán Peripillán, y por este motivo su hijo habría decidido tomar venganza.
En los alrededores de cada comunidad mapuche hay un cerro considerado Trengtreng, es decir, el lugar en que vivía la serpiente de la tierra y en el que se refugió la vida terrestre durante el cataclismo.

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