Si hay un país tradicionalmente innovador en el sexo es sin duda Japón. Costumbres para nosotros sorprendentes y una oferta de servicios sexuales muy avanzada nos dejan pensando si merece la pena ir a Japón sólo para estudiar “costumbrismo”, y pasar de museos, monumentos y otros tópicos turísticos. ;P Ahí va una selección de “lindezas” niponas:
Burusera. Los hombres compran ropa interior usada a las jovencitas, que sacarán un extra más jugoso cuanto más usada sea ésta. Luego, las prendas se guardan en cajas para preservar su estado “original”. Esta costumbre se extiende a los uniformes de colegiala y llega hasta el punto de la saliva. –Sí. También se compra la saliva de las jovencitas.–
Enjo Kosai. Es el nombre de las citas entre hombres maduros y colegialas, a veces sólo para pasear juntitos de la mano, y a veces para tener sexo. Es el medio que usan las jóvenes para conseguir artículos de lujo y de marca.
Imekura. O “Clubes de Imagen”. Son lugares donde el fetichismo campa a sus anchas. Cada club está especializado en una imagen concreta y en su correspondiente uniforme: colegiala, enfermera, policía, azafata… Los más “tradicionales” son los “Maid Cafés”, donde las camareras van vestidas de criadas y tratan a la clientela como “auténticos señoritos”. Algunos Clubes están especializados en exhibicionismo, con lo que un cliente puede contratar a una colegiala para que le acompañe en un viaje en metro, por ejemplo, y practicar sexo con ella en el andén, o incluso en el vagón.
Love Hotels. Habitaciones temáticas y totalmente equipadas para el “amor” que se alquilan por horas.
Hosts Clubs. Lugares donde acuden mujeres y pagan por la compañía de jóvenes apuestos que las entretienen, conversan con ellas, las aconsejan y en ocasiones (dependiendo del local) comparten sexo. Los chicos tienen entre 18 y veintipocos años.
Salones Rosas. O “Pink Salons”. Son locales especializados en sexo oral. Están haciendo furor por sus precios casi ridículos. Son locales con baja iluminación donde cada cliente se sienta, y al cabo de un rato, una empleada se le acerca y le practica sexo oral. Al cabo de unos diez o quince minutos, se acerca otra chica diferente para hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta agotar el bono de tantas sesiones como el cliente haya comprado.
Terekura. O “Clubes de Teléfono”. Fomentan el primer contacto de muchas jóvenes con el mundillo de la prostitución. Los clientes, siempre hombres, van a estos clubes, se sientan en un cubículo que tiene un teléfono a esperar la llamada de alguna de estas jovencitas. Para las chicas, el número de teléfono es gratuito; es el cliente el que corre con los gastos de la llamada. Suele ser una de las formas más habituales para el “Enjo Kosai”.
Pantsu Getta. El nuevo juego de moda. Comienza cuando una mujer publica un mensaje en un foro anunciando que ocultó su ropa interior usada (y que ya no necesita) en una determinada zona de la ciudad. Entonces, todos los interesados deberán buscar la prenda en la calle y pedir más pistas a la chica a través de Internet. El juego concluye cuando el afortunado comunica los detalles en el mismo foro, entre otras cosas para que nadie siga buscando.
¿Curioso no? Pues hay más. Para los que ya estén pensando en el viaje, ahí va una selección de lugares recomendados por un blogger español residente en Tokio:
Luces negras y música techno envuelven el Kaiten Zushi Baxy Club. Un lugar donde las chicas (con pintorescos nombres como “gamba” o “atún”) van rotando entre los clientes cada dos minutos, como si de un restaurante en el que desfila sushi se tratara.
En el famoso burdel June Bride Soapland los hombres pagan hasta 92.000 yenes (615 Euros) para que las chicas, vestidas de novia (previamente seleccionadas a dedo) los bañen (entre otras cosas). Cada vez que una de estas “novias” acompaña a un cliente desde la entrada principal hasta una habitación más íntima, la marcha nupcial de Wagner suena en los altavoces.
Jueces, abogados, policías y demás tipos encargados de la ley y el orden acuden a Gambo. Allí pueden jugar a ser el poli malo de un interrogatorio. Todo vale para sacar a la inocente chica “todo lo que sabe”. La celda incorpora esposas, foco, y un suelo de espejo.
En el Air Touch Club de Osaka los clientes reciben algo más que unos auriculares y una manta si deciden ir sentados en la “Clase Business”. Las azafatas estarán a tu entera disposición, y siempre con una sonrisa en la boca.
En el hotel Dayo Zenin Syugo de Osaka puedes escoger una chica a la que usar como lienzo. Pintas con tinta y pincel tradicional sobre su piel, y antes de irse, la modelo estampará una huella de sí misma en un papel especial que puedes llevar a casa como recuerdo.
En el Cosplay Garden Club puedes disfrazar a las chicas con los trajes de tus personajes de anime favoritos.
El Densha Go Go es un vagón de tren con capacidad hasta para 14 clientes a la vez. Allí sus ocupantes pueden dar rienda suelta a sus perversiones y acosar en grupo a las chicas.
Os aseguro que me he dejado muchas curiosidades niponas en el tintero por no extenderme y aburriros: El arte del shibari o bondage a la japonesa, el bukkake, las máquinas expendedoras de bragas usadas, la venta de muñecas realistas con tetas desproporcionadamente enormes, la venta de galletas que hacen crecer las tetas, la permisividad frente a la pornografía infantil…
¡Una encuesta de Bayer en Japón con una muestra de 411 hombres y 412 mujeres casados entre los treinta y los sesenta años lanza una media de 17 coitos al año! Incluso menos que las estadísticas que suele publicar Durex y que no se limitan a parejas casadas, que suelen dar 40 o 50 coitos anuales. ¡Fijaos qué curioso, en comparación a la exagerada oferta de servicios sexuales!
La “comedura de coco” es la siguiente: Puesto que los nipones son la avanzadilla ¿es éste el sexo que nos espera en el siglo XXI: multi-modalidad previo pago?
Las razones que parecen esconderse tras lo poco que se folla en pareja y la inmensa oferta sexual son varias: Los nipones ven a la pareja más como un miembro de la familia que como un compañero sexual (acaban siendo como hermanos), la educación no permite a los hombres mostrar los afectos y a las mujeres las hace sumisas, son bastante aficionados a poner los cuernos, hay un estrés generalizado muy alto sobre todo en las ciudades, consideran el sexo como una herramienta/rutina y lo ven incluso a veces como un estorbo
en serio juzguen ustedes mismos ....
Fuente Taringa
¸.•´Burusera. Los hombres compran ropa interior usada a las jovencitas, que sacarán un extra más jugoso cuanto más usada sea ésta. Luego, las prendas se guardan en cajas para preservar su estado “original”. Esta costumbre se extiende a los uniformes de colegiala y llega hasta el punto de la saliva. –Sí. También se compra la saliva de las jovencitas.–
Enjo Kosai. Es el nombre de las citas entre hombres maduros y colegialas, a veces sólo para pasear juntitos de la mano, y a veces para tener sexo. Es el medio que usan las jóvenes para conseguir artículos de lujo y de marca.
Imekura. O “Clubes de Imagen”. Son lugares donde el fetichismo campa a sus anchas. Cada club está especializado en una imagen concreta y en su correspondiente uniforme: colegiala, enfermera, policía, azafata… Los más “tradicionales” son los “Maid Cafés”, donde las camareras van vestidas de criadas y tratan a la clientela como “auténticos señoritos”. Algunos Clubes están especializados en exhibicionismo, con lo que un cliente puede contratar a una colegiala para que le acompañe en un viaje en metro, por ejemplo, y practicar sexo con ella en el andén, o incluso en el vagón.
Love Hotels. Habitaciones temáticas y totalmente equipadas para el “amor” que se alquilan por horas.
Hosts Clubs. Lugares donde acuden mujeres y pagan por la compañía de jóvenes apuestos que las entretienen, conversan con ellas, las aconsejan y en ocasiones (dependiendo del local) comparten sexo. Los chicos tienen entre 18 y veintipocos años.
Salones Rosas. O “Pink Salons”. Son locales especializados en sexo oral. Están haciendo furor por sus precios casi ridículos. Son locales con baja iluminación donde cada cliente se sienta, y al cabo de un rato, una empleada se le acerca y le practica sexo oral. Al cabo de unos diez o quince minutos, se acerca otra chica diferente para hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta agotar el bono de tantas sesiones como el cliente haya comprado.
Terekura. O “Clubes de Teléfono”. Fomentan el primer contacto de muchas jóvenes con el mundillo de la prostitución. Los clientes, siempre hombres, van a estos clubes, se sientan en un cubículo que tiene un teléfono a esperar la llamada de alguna de estas jovencitas. Para las chicas, el número de teléfono es gratuito; es el cliente el que corre con los gastos de la llamada. Suele ser una de las formas más habituales para el “Enjo Kosai”.
Pantsu Getta. El nuevo juego de moda. Comienza cuando una mujer publica un mensaje en un foro anunciando que ocultó su ropa interior usada (y que ya no necesita) en una determinada zona de la ciudad. Entonces, todos los interesados deberán buscar la prenda en la calle y pedir más pistas a la chica a través de Internet. El juego concluye cuando el afortunado comunica los detalles en el mismo foro, entre otras cosas para que nadie siga buscando.
¿Curioso no? Pues hay más. Para los que ya estén pensando en el viaje, ahí va una selección de lugares recomendados por un blogger español residente en Tokio:
Luces negras y música techno envuelven el Kaiten Zushi Baxy Club. Un lugar donde las chicas (con pintorescos nombres como “gamba” o “atún”) van rotando entre los clientes cada dos minutos, como si de un restaurante en el que desfila sushi se tratara.
En el famoso burdel June Bride Soapland los hombres pagan hasta 92.000 yenes (615 Euros) para que las chicas, vestidas de novia (previamente seleccionadas a dedo) los bañen (entre otras cosas). Cada vez que una de estas “novias” acompaña a un cliente desde la entrada principal hasta una habitación más íntima, la marcha nupcial de Wagner suena en los altavoces.
Jueces, abogados, policías y demás tipos encargados de la ley y el orden acuden a Gambo. Allí pueden jugar a ser el poli malo de un interrogatorio. Todo vale para sacar a la inocente chica “todo lo que sabe”. La celda incorpora esposas, foco, y un suelo de espejo.
En el Air Touch Club de Osaka los clientes reciben algo más que unos auriculares y una manta si deciden ir sentados en la “Clase Business”. Las azafatas estarán a tu entera disposición, y siempre con una sonrisa en la boca.
En el hotel Dayo Zenin Syugo de Osaka puedes escoger una chica a la que usar como lienzo. Pintas con tinta y pincel tradicional sobre su piel, y antes de irse, la modelo estampará una huella de sí misma en un papel especial que puedes llevar a casa como recuerdo.
En el Cosplay Garden Club puedes disfrazar a las chicas con los trajes de tus personajes de anime favoritos.
El Densha Go Go es un vagón de tren con capacidad hasta para 14 clientes a la vez. Allí sus ocupantes pueden dar rienda suelta a sus perversiones y acosar en grupo a las chicas.
Os aseguro que me he dejado muchas curiosidades niponas en el tintero por no extenderme y aburriros: El arte del shibari o bondage a la japonesa, el bukkake, las máquinas expendedoras de bragas usadas, la venta de muñecas realistas con tetas desproporcionadamente enormes, la venta de galletas que hacen crecer las tetas, la permisividad frente a la pornografía infantil…
¡Una encuesta de Bayer en Japón con una muestra de 411 hombres y 412 mujeres casados entre los treinta y los sesenta años lanza una media de 17 coitos al año! Incluso menos que las estadísticas que suele publicar Durex y que no se limitan a parejas casadas, que suelen dar 40 o 50 coitos anuales. ¡Fijaos qué curioso, en comparación a la exagerada oferta de servicios sexuales!
La “comedura de coco” es la siguiente: Puesto que los nipones son la avanzadilla ¿es éste el sexo que nos espera en el siglo XXI: multi-modalidad previo pago?
Las razones que parecen esconderse tras lo poco que se folla en pareja y la inmensa oferta sexual son varias: Los nipones ven a la pareja más como un miembro de la familia que como un compañero sexual (acaban siendo como hermanos), la educación no permite a los hombres mostrar los afectos y a las mujeres las hace sumisas, son bastante aficionados a poner los cuernos, hay un estrés generalizado muy alto sobre todo en las ciudades, consideran el sexo como una herramienta/rutina y lo ven incluso a veces como un estorbo
en serio juzguen ustedes mismos ....
Fuente Taringa
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(¸.•´ (¸.•´*ByE! ´¨`» yuki^^
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